Entre mayo y junio de 2024, el consumo en Argentina experimentó una preocupante disminución del 15%. Este fenómeno resalta las dificultades económicas que enfrentan los argentinos, afectando no solo la capacidad de compra, sino también la confianza en la economía. La situación se agrava en un contexto de inflación alta y salarios que no logran seguir el ritmo del aumento de precios, lo que lleva a una contracción en el poder adquisitivo de los consumidores.