En medio de un escenario económico marcado por la inflación y las limitaciones para acceder a divisas extranjeras, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) mantuvo inamovible la tasa de interés de los plazos fijos en un 133 % anual. Esta decisión ha despertado el interés de numerosos argentinos en esta alternativa como método no solo para resguardar sus ahorros, sino también para generar ganancias considerables.