- Mapas conceptuales: Ideales para visualizar conceptos y conexiones entre ideas.
- Técnica Pomodoro: Alterna 25 minutos de estudio con 5 de descanso. Mejora la concentración y evita distracciones.
- Explicaciones en voz alta: Repetir los temas como si se los explicaras a alguien más ayuda a reforzar el conocimiento.
- Ejercicios prácticos: Resolver exámenes anteriores o problemas relacionados con la materia refuerza lo aprendido.
Ambiente adecuado para estudiar
El lugar donde estudiás puede influir mucho en tu rendimiento. Elegí un espacio tranquilo, con buena iluminación y sin distracciones. Asegurate de tener todo lo necesario a mano: apuntes, marcadores, libros y agua.
Además, evitá el uso innecesario del celular. Si lo necesitás para estudiar, activá el modo "No molestar" para que las notificaciones no te interrumpan.
No descuides tu salud
Durante la época de finales, es común sacrificar horas de sueño o comer a deshora. Sin embargo, cuidar tu cuerpo es esencial para mantener un buen rendimiento cognitivo.
- Dormí al menos 7 horas por noche para consolidar lo que aprendiste durante el día.
- Incorporá alimentos ricos en proteínas, vitaminas y grasas saludables. Las frutas, frutos secos y el chocolate amargo pueden ser grandes aliados.
- Realizá pausas activas: pequeños estiramientos o ejercicios pueden revitalizarte y aliviar tensiones.
Afrontá el día del examen con calma
Llegó el momento de demostrar todo tu esfuerzo. Para minimizar los nervios:
- Repasá el día anterior: No intentes estudiar temas nuevos a último momento.
- Prepará lo necesario con anticipación: Documentos, calculadora, bolígrafos, etc.
- Llegá temprano: Así evitarás imprevistos que puedan alterar tu tranquilidad.
- Durante el examen, leé las consignas con atención y administrá el tiempo para responder.