vivencias

Cuando la cabeza es tan importante como el físico

Hugo Balassone
por Hugo Balassone |
Cuando la cabeza es tan importante como el físico

Tengo la sensación desde hace mucho tiempo, que los factores emocionales tienen una incidencia notable en el fútbol profesional. Hasta repercute de manera muy visible sobre las cuestiones estratégicas y hasta físicas.  Cuando los comentaristas deportivos mencionamos el temple, el carácter o la personalidad de un equipo, o la capacidad para mantener la calma en situaciones de adversidad, describimos situaciones que bien pueden desarrollarse desde ciertos métodos. 

Tenemos a mano un ejemplo muy cercano, y muy palpable por todos; la final de la última Copa Libertadores entre River y Boca en Madrid. Al equipo de Gallardo le tocó revertir un resultado adverso y terminó mucho más entero en lo físico que Boca. Se puede inferir que los calambres o las contracturas en este tipo de partidos puede darse a partir de una postura de aceptar el dominio del rival y tener que desarrollar un mayor gasto. Pero estoy convencido que las tareas de neurociencia a las que apela el plantel de River como instancia preparatoria les aportó mejores herramientas para soportar tanta presión. 

El mundo de la alta competencia ya comprende la big data para obtener detalles que puedan establecer diferencias en los aspectos más finos del juego. Los métodos cada vez son más rigurosos desde los análisis. Y los aspectos espirituales son desarrollados a través de múltiples herramientas que le dan mayores seguridades. 

El poder de la mente en el entrenamiento de un deportista de élite debe ser ejercitado con distintas técnicas muy desarrolladas a sus efectos, el mindfullnes y la neurociencia han contribuido a aquellos planteles o deportistas que se han vinculado con ellas. Me resultó muy interesante un video de un piloto de automovilismo simulando el circuito con los mismos radios de giro y los mismos tiempos del circuito que recorre con su auto de competición. O cómo alguien llegó a visualizar un gol que convertiría el día siguiente al ejercicio. 

Por supuesto que este tipo de desarrollos no harán mejor a un deportista mediocre. Muchas veces desde la creencia de experiencias que pueden resultar exóticas este tipo de prácticas es subestimada por muchos entrenadores o preparadores físicos. Pero en un mundo tan competitivo donde entre el tenista top o un 50 del ránking hay poca diferencia en los aspectos del juego, la concentración y al autoestima podrán hacer la diferencia. Simplemente se trata de atreverse, y creer, para ser un poco mejor todos los días.