La mentirita

Luque y un relato escalofriante: "Los milicos me secuestraron, me robaron y no me mataron de milagro"

Luque y un relato escalofriante: Los milicos me secuestraron, me robaron y no me mataron de milagro

Escalofriante. Así se define lo que Leopoldo Jacinto Luque, una de las figuras de la Selección Argentina que conquistó la Copa del Mundo como local en 1978, reveló en una entrevista con el Diario Clarín. El delantero contó que fue secuestrado y robado por militares al año siguiente, en plena dictadura, tras presenciar un partido de River, y aseguró que temió seriamente por su vida.

"Me da bronca cuando dicen que salimos campeones gracias a la dictadura. Dicen que andábamos con los milicos y a mí me secuestraron, me robaron y no me mataron de milagro. Ya te digo: cuando empecé a caminar y a encarar para el descampado, en mi cabeza solo esperaba el sonido del disparo, el '¡Puum!' que me matara", empezó.

El hombre que sufrió la pérdida de un hermano en un accidente de tránsito en el medio del Mundial 78 aseguró que lo persiguieron, lo interceptaron: "Veo que se baja un tipo corriendo. En una mano levantaba una chapa de Policía y en la otra tenía una pistola. Se me acerca y me pide los documentos. Yo le dije que sí, que se los daba. No entendía nada. Los tenía en la guantera, dentro de un sobre. Y el tipo me amenaza: 'Quedate quieto porque te arranco la cabeza de un tiro'".

Se lo llevaron y entraron a un campo oscuro. "El que me apuntaba, me decía: 'no levantes la cabeza porque te la vuelo'. Hasta que en un momento indican: 'Ahora bajate'. Y me bajé. Recién ahí me di cuenta de que estaba el otro auto que los acompañaba", contó. Luego lo hicieron caminar y creyó que lo fusilarían, pero luego huyeron.

"Me fui por el descampado. En ese momento apreté los dientes. Sentía que iba a venir el disparo, que iba a ser boleta. Caminé, caminé, había yuyos… Hasta que siento que se va un auto; me doy vuelta y era el mío. Y me quede ahí. Respiré", siguió. Le robaron el auto, una cadena, un anillo y dinero en efectivo.

Un automovilista que pasaba por ahí lo subió a su auto y lo acercó hasta la comisaría a tres cuadras de su casa en Martínez y lo reconocieron. El comisario le demostró que habían sido "policías o militares". A los dos meses, ya concentrado con la Selección, encontraron el vehículo e identificó a uno de los sospechosos en una rueda de reconocimiento. "Y era un milico. Pero no dije nada. No sé, me dio miedo, pensé que sería peor".

Por eso prefirió el silencio. Hasta hoy... cuarenta y dos años más tarde.