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Desprocesan a un policía acusado por "gatillo fácil" en el Barrio Illia, uno de los de mayor "peligrosidad" de la Capital Federal

Desprocesan a un policía acusado por gatillo fácil en el Barrio Illia, uno de los de mayor peligrosidad de la Capital Federal

La Cámara del Crimen desprocesó a un policía acusado de matar en un caso de "gatillo fácil" a un supuesto asaltante en el Barrio Illia, uno de los más picantes de la Capital Federal, en diciembre de 2015.

La Sala Séptima del tribunal de alzada dispuso la “falta de mérito” a favor de Iván Alcides Toloza, a quien una jueza de primera instancia había procesado “homicidio simple cometido con exceso en la legítima defensa” y lo había embargado por 1.500.079,67 pesos.

Toloza había sido procesado por el hecho ocurrido el 18 de diciembre de 2015, a las 10 de la mañana, en la intersección de las calles Barros Pazos y Crespo, del barrio de Nueva Pompeya.

“Le efectuó a Pablo César Reynaga Aliaga alrededor de tres disparos con su arma de fuego reglamentaria, produciéndole lesiones que ocasionaron su muerte”, determinó la jueza Mónica Berdión de Crudo, al dictar el procesamiento.

Pero la Cámara revisó toda la causa y resaltó detalles que favorecieron al uniformado, entre ellos que había sido víctima de una “agresión ilegítima”.

Según el fallo, el policía Toloza era conocido en el barrio porque “oficiaba como funcionario notificador de la Seccional 34 de la Policía Federal en una zona de esta metrópoli considerada de alto riesgo”.

El fallo, firmado por los camaristas Esteban Cicciaro y Mariano Scotto, hace hincapié en la “peligrosidad del lugar” y en que el difunto tenía antecedentes penales, a punto tal que Toloza y otros policías “han llevado notificaciones a su domicilio”.

Más aún: tenía “varias condenas” y “recuperó su libertad tres meses antes de encontrar el óbito”.

El tribunal consideró que “le quisieron quitar el arma a Toloza” y lo fundamentó en que “no es razonable pensar que a un policía que cumplía tal labor, conocido en la zona y probablemente a sabiendas de que portaba su arma reglamentaria, se lo abordara sin el empleo a su vez de un arma de fuego”.

Ese dato no está respaldado en la causa: al muerto no se le encontraron armas, no se le hallaron restos de fulminante en sus manos y las vainas secuestradas en el lugar sólo pertenecían al policía Toloza.

“El accionar de Toloza, en principio, se exhibe justificado desde la racionalidad de la defensa”, dijeron los camaristas.

“No habría podido reaccionar de un modo distinto o utilizar otro medio para repeler la agresión”, insistieron.

El tribunal dispuso un nuevo peritaje para determinar, cuatro años después, si había pólvora en las manos de Reynaga Aliaga, como paso previo a una desvinculación definitiva del policía.