Medioambiente

Desierto de Atacama: la ropa usada que descarta el mundo y se acumula en medio del paraíso

Este ecosistema único se convierte en basurero clandestino de ropa que se compra, se usa y luego se tira en Europa, Estados Unidos y Asia ¿Qué pasa con las montañas de textiles que se acumulan a cielo abierto?
Luciana Arias
por Luciana Arias |
Desierto de Atacama: Unas 39.000 toneladas de ropa usada

Desierto de Atacama: Unas 39.000 toneladas de ropa usada, terminan en la zona de Alto Hospicio, en el norte chileno.

Es el lugar no polar más árido de la tierra. Visitantes de todo el mundo viajan hasta allí a ver su extensión y disfrutar de noches con cielos únicos. Sin embargo, el desierto de Atacama, en el norte de Chile, se convirtió en un gran basurero clandestino. No hay latas, bolsas de plástico ni comida en descomposición sino miles de prendas de ropa de segunda mano que llega desde Estados Unidos, Europa y Asia.

Las montañas de decenas de colores contrastan con los tonos del paisaje natural. Las blusas, pantalones, camperas o faldas que las componen entran por la zona franca del puerto de Iquique, 1.800 kilómetros al norte de Santiago y deterioran el medio ambiente.

Son unas 59.000 toneladas por año de textiles. Más de la mitad, unos 39.000 toneladas, terminan en la zona de Alto Hospicio, en el norte chileno. Allí está una de las paradas finales de la ropa que se vende como usada o de segunda mano.

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Se trata de ropa fabricada en China, Vietnam o Bangladesh que luego compran consumidores de las principales capitales del mundo. Pero, en muchos casos, las grandes cadenas de la industria de la moda ya no logran venderlas. Entonces recorren miles de kilómetros hasta llegar a Chile el primer importador de ropa usada en América Latina.

Desierto de Atacama: ¿Qué pasa con la ropa usada?

Muchos de las prendas son de tejidos sintéticos, que pueden tomar unos 200 años en desintegrarse. “Esta ropa llega de todo el mundo”, explica Alex Carreño, ex trabajador de la zona de importación del puerto de Iquique, que vive al lado de uno de los espacios convertidos en basureros.

La ropa se vende en ferias populares, pero no toda llega a ser comprada. El resto contamina el paisaje y el medio ambiente.

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La costumbre de importar ropa de segunda mano no es nueva: desde hace cerca de 40 años existe un comercio de ropa para estas "ferias americanas” que luego se venden en locales a lo largo del país. Los fardos llegan hasta la zona franca provenientes de Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia.

Es allí adonde viajan los comerciantes del país, eligen las prendas para sus locales. Lo que no les sirve queda allí. “Lo que no se vendió a Santiago ni se fue a otros países por contrabando, se queda aquí porque es zona franca”, explica Carreño.

Moda rápida: ¿Cómo afecta al medio ambiente?

La producción de ropa en el mundo se duplicó entre 2000 y 2014, según un estudio de la ONU de 2019, Por eso esta industria es “responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global”.

Según el informe solo la producción de unos jeans requiere 7.500 litros de agua. Además, la fabricación de ropa y calzado genera el 8% de los gases de efecto invernadero, y que “cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura”.

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Muchos de las prendas arrojadas en el Desierto de Atacama son de tejidos sintéticos, que pueden tomar unos 200 años en desintegrarse y contaminan el medio ambiente.

Muchos de las prendas arrojadas en el Desierto de Atacama son de tejidos sintéticos, que pueden tomar unos 200 años en desintegrarse y contaminan el medio ambiente.

La imparable industria de la moda rápida no solo incluye trabajadores mal pagos y en condiciones infrahumanas, denuncias de trabajo infantil. A eso se suman cifras devastadoras sobre su impacto ambiental, tanto que ya la comparan con las de la industria petrolera.

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