Desde el miércoles pasado, Francisco presenta síntomas de bronquitis, lo que ya le había obligado a trasladar sus audiencias del viernes y sábado a su residencia en la Casa Santa Marta. Además, el jueves recibió a grupos en la Domus Vaticana en lugar de en el Palacio Apostólico.
Este no es el primer episodio de salud que enfrenta el Papa. A principios de enero, un resfriado le impidió pronunciar el Ángelus, y días después sufrió una caída que lo dejó con una lesión en el brazo derecho, requiriendo el uso de un cabestrillo.
El Jubileo de las Fuerzas Armadas reunió a efectivos de seguridad, militares y policías de 100 países. La ceremonia se realizó a cielo abierto bajo un clima frío y lluvioso, lo que pudo haber agravado los síntomas respiratorios del pontífice.
El arzobispo Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas, continuó con la lectura de la homilía, que contenía un poderoso mensaje dirigido a las fuerzas armadas del mundo. En el texto, el pontífice instó a los militares a “defender la vida siempre” y advirtió contra “el veneno de la propaganda del odio” que fragmenta las sociedades contemporáneas.