Pese a la alarma, desde la Comisión Nacional de Salud de China (NHC) consideraron que se trató de un caso de "transmisión accidental" y que el riesgo de una propagación a gran escala es "muy bajo", dado que no tiene la capacidad de infectar de manera efectiva a los humanos.
Todo comenzó cuando un hombre de 41 años, de la provincia oriental china de Jiangsu, debió ser hospitalizado luego de que se cuadro se agravara tras notar síntomas compatibles con la fiebre, el pasado 23 de abril. En consecuencia, se llevaron a cabo seguimientos de emergencia entre sus principales contactos y no se encontraron "anormalidades", según se informó de manera oficial.
La Comisión hizo un llamamiento a los ciudadanos para que eviten el contacto con aves muertas y traten de no acercarse a las que tienen vida, así como a cuidar la higiene alimentaria y a acudir inmediatamente a un médico en caso de presentar síntomas como fiebre o problemas respiratorios.
El organismo calificó el H10N3 de poco patógeno en las aves, con pocas probabilidades de causar la muerte o enfermedades graves. Según la NHC, hasta ahora no se había registrado en el mundo ningún contagio humano de H10N3.
En China se han detectado varias cepas de gripe aviar en animales, pero en personas es poco común. La última epidemia de gripe aviar en el gigante asiático tuvo lugar a finales de 2016 y 2017, con el virus H7N9. El H7N9 contagió a 1.668 personas y causó la muerte a 616, desde 2013, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
El Covid-19 fue detectado por primera vez en un mercado de comida y animales en Wuhan, en el centro del país, a finales de 2019. Desde entonces ha provocado más de 3,5 millones de muertos en el mundo.