EL TERRORISMO ATACA AL NORTE

ANÁLISIS | Israel prepara su contraofensiva tras el ataque de Hezbollah que asesinó 12 niños mientras jugaban al futbol

Israel prepara su contraofensiva en el Líbano, tras el atentado del sábado. ¿Qué puede pasar y qué tipo de respuesta se espera? Los dilemas del gobierno de Israel.

Gabriel Astrovsky
por Gabriel Astrovsky |
ANÁLISIS | Israel prepara su contraofensiva tras el ataque de Hezbollah que asesinó 12 niños mientras jugaban al futbol

Casi 48 horas han pasado desde que la organización terrorista Hezbollah perpetró lo que se denomina como el peor ataque contra Israel desde la masacre del pasado 7 de octubre. El último sábado, promediando la tarde, el grupo extremista lanzó más de treinta misiles contra territorio israelí.

La mayoría fueron interceptados por el sistema de seguridad “Cúpula de Hierro” y algunos cayeron en campo abierto sin causar mayores daños. Pero uno, tan sólo uno, logró su objetivo, al caer en medio de una cancha de futbol donde un grupo de niños jugaban a la pelota.

La explosión del misil “Falak-1”, de fabricación iraní que contenía 50 kilos de explosivos, dejó como resultado, 12 chicos de entre 10 y 19 años asesinados y más de 40 personas que debieron ser evacuadas con heridas de distinta gravedad.

Cabe señalar que, del total de muertos y heridos, ninguno es (o era) de religión judía, muchos tampoco tienen ciudadanía israelí y todos son drusos (una comunidad de origen árabe, que convive en paz con el Estado de Israel).

Minutos después de conocida la tragedia, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien se encontraba de gira oficial en Washington decidió adelantar su regreso para tratar, en primera persona, la magnitud de los hechos y la posible respuesta contra el terrorismo.

Netanyahu no viajó con las manos vacías. Minutos antes de despegar, el Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, le comunicó que el gobierno de Biden apoyará a Israel en una posible respuesta que, según sus palabras, debe de ser “contundente, pero a su vez equilibrada”.

De alguna manera, Blinken expresó su deseo de que la represalia sea similar a la efectuada contra Irán en abril pasado, luego de que este atacara a Israel con más de 300 misiles y drones suicidas.

Minutos después de su aterrizaje, Netanyahu reunió a todo el gabinete de seguridad (conformado desde el inicio de la guerra) para evaluar los pasos a seguir.

Durante el encuentro, que duró más de 3 horas, se resolvió dar luz verde a una respuesta, aunque no se comunicó cuándo, donde ni cómo se llevará a cabo.

¿Qué pasa mientras tanto?

Desde anoche, se intensificaron las alertas de seguridad en el norte, a un lado y otro de la frontera. El vocero del Ejército de Israel, Daniel Hagari, hizo referencia a que las directivas de seguridad que rigen desde el 7 de octubre, no se han modificado, a la vez que solicitó a toda la población de la zona que se mantenga a resguardo y lo más alejado posible del área.

Además, el intendente de Haifa, una de las ciudades más importantes del país, situada a unos 50 kilómetros de la frontera con Líbano, pidió a sus habitantes mantener abiertos y acondicionados todos los refugios públicos. Los hospitales del norte (Rambam en Haifa, Ziv en Safed y el centro médico Galilea, en Naharya) reforzaron sus equipamientos, y hasta les solicitaron a sus empleados que tengan un bolso de primeras necesidades personales (incluida ropa) para usar en caso que deban permanecer varios días sin poder regresar de sus trabajos a sus hogares.

Por su parte, el gobierno libanes indicó a los habitantes de zonas cercanas a la frontera con Israel, que evacuen sus hogares y se dirijan más hacia el norte.

Varios países, entre ellos Francia y Estados Unidos, solicitaron a sus ciudadanos y a sus representaciones diplomáticas, que abandonen de inmediato El Líbano.

También, la cúpula de la organización terrorista, Hezbollah, dio orden a sus altos mandos, para que se escondan entre la población civil libanesa, con temor a que Israel pretenda realizar eliminaciones selectivas que puedan terminar con sus vidas.

Durante la medianoche, Siria y Líbano reportaron interrupciones en las señales de celulares y en los sistemas de GPS, aunque no responsabilizaron a Israel por las fallas.

Además, fuentes no oficiales (ajenas a los gobiernos de Israel y de Líbano) indicaron ayer que ambos países habrían acordado que Israel llevaría a cabo un ataque en la zona del Valle de Bekaa, sin dañar a población civil.

Sobre este último dato, cabe recalcar que proviene de fuentes no oficiales, sobre todo teniendo en cuenta que entre los dos países hay una comunicación casi nula.

Igualmente, en horas de la madrugada de hoy, aviones de la Fuerza Aérea de Israel, bombardearon el sur del Líbano, aunque el hecho no fue considerado de gran magnitud por ninguna de las partes.

Lo cierto es que el norte está en llamas.

Pero no está en llamas desde la tarde del sábado.

Lo que ocurrió el sábado es tal vez la línea roja que Hezbollah cruzó luego de mucho tiempo de hostigamientos constantes.

Hezbollah comenzó a atacar a Israel inmediatamente después de la masacre que Hamás cometió en el sur, y que dio comienzo a la guerra el pasado mes de octubre.

Si bien todo el conflicto con Hamás tuvo más repercusión mediática (tal vez por la magnitud del ataque en si, y por las cantidades de muertos y secuestrados), el norte de Israel vive desde hace 10 meses una situación que se torna casi imposible de sostener.

Más de 150 mil personas han sido desplazadas de sus hogares y todavía no han podido regresar y más de 7000 misiles han sido disparados contra las diferentes ciudades del norte. De hecho, todos los días hay lanzamientos y al momento de escribir esta crónica, Hezbollah lleva disparados casi 100 misiles en un solo día.

Las grandes preguntas son cuándo ocurrirá la represalia y cuál será la magnitud.

Israel tiene que evaluar los pros y contras de ingresar en una guerra total contra Hezbollah, en tanto esto se constituirá en un frente completamente diferente a lo que ocurre en el sur y demandará una cantidad de soldados y equipamiento militar muy difícil de afrontar.

Pero, por otro lado, también pagará un precio muy alto si decide no moverse.

En el frente interno, la sociedad israelí le pide al gobierno que haga algo para que la guerra termine de una buena vez. Y puertas afuera, Irán y todos sus proxys que verán una debilidad por parte de Israel, lo que los fortalecerá para continuar con sus ataques y su plan de exterminar al Estado hebreo.

Mientras tanto, todavía quedan 115 personas secuestradas por Hamás en la Franja de Gaza y la posibilidad de un acuerdo que las libere y que ponga fin a la guerra en el sur (y posiblemente también al conflicto del norte) no tiene miras de concretarse.

Esto es algo que debería ser prioridad para todo el mundo y que, claramente no lo es. Ojalá pronto lo sea y, por sobre todas las cosas, ojalá que pronto todos los secuestrados puedan estar de regreso en sus casas.

(*) Gabriel Astrovsky es corresponsal de A24 desde Israel

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