La única excepción era que un médico certificara la necesidad de realizar un aborto para evitar riesgos para la salud tanto física como mental.
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Los "prolife" se manifestaron contra el cambio legal
Los "prolife" se manifestaron contra el cambio legal.
Ahora, la nueva ley pone a Sidney y a Nueva Gales del Sur a tono con el resto del país. Permite el aborto sin tener que dar justificativos hasta la semana 22 del embarazo. Luego, será necesaria la autorización de dos médicos para realizarlo legalmente sin consecuencias penales.
Claro que hubo voces en contra, como la del ex primer ministro Tony Abbott, que nunca quiso llevar este tema al parlamento australiano. O más enfático aún, el arzobispo católico de Sidney, Anthony Fisher, quien calificó este cambio como "la peor legislación en tiempos modernos en el estado de Nueva Gales del Sur".
El aborto es ahora, en toda Australia, un tema de política de salud pública. Ya no más del campo penal. Y como suele suceder en estos casos, el hecho trascendió las fronteras: en Nueva Zelanda, un proyecto similar está en discusión para ser votado por el parlamento.