España cerrará el jueves un capítulo de su historia impulsado por el jefe del Gobierno Pedro Sánchez hace un año y medio cuando asumió el poder. Se trata del traslado sin honores de los restos del dictador Francisco Franco a un cementerio de Madrid.
España cerrará el jueves un capítulo de su historia impulsado por el jefe del Gobierno Pedro Sánchez hace un año y medio cuando asumió el poder. Se trata del traslado sin honores de los restos del dictador Francisco Franco a un cementerio de Madrid.
La ceremonia de exhumación desde el mausoleo en el Valle de los Caìdos (a casi 50 km de la capital española) hasta el cementerio de El Pardo-Mingorrubio será a las 5.30 hs (hora argentina) en helicóptero, en medio de rigurosas medidas de seguridad, con registro de imágenes a la distancia e incluso con la prohibición de concentraciones o manifestaciones.
El Ejecutivo español confirmó mediante un comunicado las caracteristicas que tendra este proceso: "Tanto la exhumación como la reinhumación se llevarán a cabo en la intimidad, en presencia de sus allegados. La ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, estará presente durante la exhumación, el traslado y el entierro de Franco en su condición de notaria mayor del Reino", precisó
De esta manera, el gobierno de Pedro Sánchez, del PSOE cumplira una iniciativa prometida cuando llegó al poder en junio 2018 y un gesto simbólico con repercusión internacional. Se trata del último dictador europeo cuyos restos siguen descansando en un monumento público, donde puede ser enaltecido.
Los nietos del Franco (que murió en 1975) se opusieron con medidas judiciales y además amenazaron con llevar los restos a la catedral de La Almudena. Además, la familia contó con el apoyo de autoridades de la iglesia católica que controlan la Basílica del Valle de los Caídos, que se opuso a la exhumación. Finalmente, el Tribunal Supremo Español, falló a favor de este traslado.
Tras conocer el fallo del Supremo, Sánchez destacó que con la exhumación de Franco "se cerraba simbólicamente el círculo de la democracia española".
Franco yace en una tumba en la Basílica del Valle de los Caídos, un mausoleo situado a casi 50 kilómetros de Madrid que él mismo ordenó construir con el trabajo forzoso de los presos republicanos, tras la Guerra Civil española (1936-1939).
En el lugar también hay 33 mil cuerpos, la mayoría de víctimas republicanas cuyos restos aún restan identificar en un 40%. También está en el mausoleo los restos de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la Falange, el partido único franquista.
El gobierno español realizó con 24 horas de antelación, el ensayo de cómo será el procedimiento y, según mostró la televisión pública TVE, apenas se permitirá ver las imágenes del momento en el que el coche fúnebre traslada el féretro del dictador hacia el helicóptero que, si el clima lo permite, realizará el trayecto desde el Valle de los Caídos a El Pardo.
También se podrá ver la llegada del ataúd a su nuevo lugar de enterramiento, un panteón en el que ya se encuentran los restos de su esposa, Carmen Polo, desde su muerte en 1998.
El traslado, de gran repercusión para España y el mundo entero lleva una marca histórica en un país donde se acaba de condenar a 13 años de prisión a los líderes del proceso independentista de Cataluña, donde hubo protestas multitudinarias.
Para evitar algún tipo de boicot o bloqueo del traslado, autoridades nacionales prohibieron las concentraciones convocadas por la Fundación Franco y la Asociación Reivindicativa de la Memoria Histórica Raíces, ambas de la derecha española, en el cementerio El Pardo Mingorrubio.
El traslado
Sólo los medios públicos TVE y la agencia de noticias EFE tendrán acceso al interior del recinto, aunque podrán tomar imágenes sólo desde la distancia.
La prensa española e internacional tendrán que seguir el proceso desde la puerta de entrada del Valle de los Caídos, que se encuentra a varios kilómetros de la Basílica donde está la lápida del dictador.
Unos 22 familiares del dictador -nietos y bisnietos- participarán del acto de exhumación, que el gobierno español pretende que se desarrolle, dentro de lo posible, con la máxima "discreción" y "dignidad con los restos humanos".
Los familiares y todas las personas que participen del proceso deberán pasar por un escáner para evitar que entren con dispositivos -teléfonos o cámaras- con los que puedan inmortalizar el momento histórico de la exhumación.
En el mundo
Los familiares de quienes sufrieron las represalias del franquismo siguen exigiendo justicia y dignidad al Estado Español, con presentaciones en los tribunales extranjeros, como la causa que se mantiene abierta en la justicia argentina, que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el proceso franquista.