Pero Trump, en su primera presidencia, lo denunció. Creyó que con su sola presencia podría lograr mucho más. Fue todo lo contrario. Sin los controles periódicos, Irán retomó con ímpetu su programa de desarrollo. A tal punto, que Israel decidió este ataque cuando los servicios de inteligencia llegaron a la conclusión de que el régimen fundamentalista estaba a "cinco minutos" de tener, al menos, 15 bombas atómicas.
Trump: "Las consecuencias serán todavía peores"
Trump se convenció de lo vacío de sus "recomendaciones" a Irán. La semana pasada volvió a alentar que acepte los acuerdos que la Casa Blanca le ofrecía. Ali Khamenei, el líder iraní, una y otra vez, reivindicó su derecho a seguir adelante el plan nuclear. Trump marcó límites, pero no fueron escuchados. Israel, mientras tanto, seguía con la planificación de su operación "León en ascenso". Y la ejecutó esta madrugada.
Como parte de esas "peores consecuencias" ya se pueden anotar varios elementos. Primero, el asesinato del jefe de la fuerza militar más importante de Irán. Además, mataron a la "materia gris" del plan nuclear. Los edificios y las instalaciones se pueden reconstruir. Aunque se pierda tiempo y dinero. Pero si los responsables de idear el camino hacia la bomba atómica ya no están - Israel los mató esta madrugada - volver a desarrollar ese tipo de científicos es mucho más engorroso que levantar una fábrica de misiles o bombas. Con esos asesinatos, Israel descabezó a ese plan vital para el régimen de los ayatolás.
En la red "Truth Social", Trump advirtió que si no hay acuerdos, los próximos ataques de Israel serían "aún más brutales".