El Departamento de Justicia asegura que Shakeri participó voluntariamente en una conversación telefónica con el FBI, a los que aseguró que el 7 de octubre pasado le encargaron preparar un plan para matar a Donald Trump en la semana siguiente, pero que nunca pensó en preparar ese plan “en el marco de tiempo propuesto por la Guardia Revolucionaria”.
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Donald Trump fue electo presidente de los Estados Unidos.
El agente iraní dijo que le pidieron que dejara de lado otros esfuerzos que estaba llevando a cabo en nombre de la Guardia Revolucionaria y se concentrara en el objetivo a cumplir con el mandatario.
Si Shakeri no podía crear un plan para entonces, según la denuncia, el funcionario le dijo que Irán pausaría su plan hasta después de las elecciones presidenciales porque creían que Trump perdería y sería más fácil asesinarlo entonces.
Dos norteamericanos implicados
Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, de 49 y 36 años respectivamente, también están detenidos en esta causa. Son ciudadanos estadounidenses que fueron arrestados en Nueva York y están acusados de ayudar al gobierno iraní a vigilar a un norteamericano de origen iraní, según informó la cadena CNN.
Rivera y Loadholt hicieron su primera comparecencia ante el tribunal el jueves, dijo el Departamento de Justicia, y ahora se encuentran detenidos a la espera de juicio. Ante la consulta de la prensa, los abogados que llevan el caso decidieron no hacer declaraciones.
Las acusaciones de Estados Unidos contra Irán
“Los cargos anunciados hoy exponen los continuos y descarados intentos de Irán de atentar contra ciudadanos estadounidenses, incluido el presidente electo Donald Trump, otros líderes gubernamentales y disidentes que critican al régimen de Teherán”, dijo Christopher Wray, director del FBI.
Irán “conspira con criminales y asesinos a sueldo para atacar y matar a tiros a estadounidenses en suelo estadounidense y eso simplemente no se tolerará”, agregó.
El gobierno de Estados Unidos manifestó su preocupación por la posibilidad de que Irán intente tomar represalias por el ataque con aviones no tripulados estadounidenses de 2020 que mató al general Qasem Soleimani -un alto general del Guardia Revolucionaria-, intentando matar a Trump, que ordenó el ataque, o a sus antiguos asesores.