En medio de la situación planteada por el "turismo de nacimiento", surgió una situación colateral inesperada. Justamente con el esposo de esas mujeres rusas que llegan embarazadas para ser madres en la Argentina.
En medio de la situación planteada por el "turismo de nacimiento", surgió una situación colateral inesperada. Justamente con el esposo de esas mujeres rusas que llegan embarazadas para ser madres en la Argentina.
Valentin Kazanstev, de 38 años, llegó al país el pasado día viernes, acompañando a su esposa. Está embarazada en la semana 33. Uno de los 10.000 casos que recibió el país en tan solo un año. Pero quedó retenido por migraciones en el aeropuerto de Ezeiza. No por la investigación sobre si hay una red detrás del "turismo de nacimiento". Kazanstev quedó demorado porque sobre él existe una "alerta naranja" de Interpol.
El juez federal Luis Armella resolvió que el ciudadano ruso debía ser deportado inmediatamente y le ordenó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que lo subiera a un avión de regreso a Moscú. Fue entonces que el ruso presentó un habeas corpus a través de una abogada.
La abogada de Kazantsev hizo una presentación ante la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE) que permitió bloquear su expulsión del país.
Es un programador informático que se propuso abandonar su país cuando la Federación Rusa invadió Ucrania. El gobierno reclutó a personas con su profesión para sumarlas a las necesidades bélicas. Pero el problema para Valentin es que según le llegó una denuncia a Interpol, utiliza un pasaporte falso. Por eso la alerta naranja en su contra.
Sin embargo, él sostiene que utilizó cualquier elemento para abandonar Rusia, pero el pasaporte con el que ingresó al país es legal. Estando ya en Buenos Aires, se comunicó con familiares en Rusia para que le envíen los comprobantes de que la documentación que presentó aquí en migraciones es verdadera.
Además, ingresaron ya en el país su mujer embarazada junto a otro pequeño hijo del matrimonio.
Con su familia directa aquí, su letrada entiende que las convenciones internacionales sobre refugiados impiden deportar automáticamente a una persona mientras se averigua por completo su situación real en el país de origen, en este caso, Rusia.
Con el recurso a su favor, Kazantsev tiene un plazo perentorio para anotarse en un régimen como asilado si no quiere ser deportado. El permiso transitorio a su favor tiene solo 48 horas de validez. Debe utilizarlo para pedir ante la Comisión Nacional de Refugiados el "status" de refugiado.
Si queda registrado su pedido, podrá permanecer en el país hasta que haya una resolución para él. Si no lo hace, luego de ese tiempo de dos días, sí podrá ejecutarse la orden del juez para que sea deportado.
Para Kazanstev, quien llegó acompañando a su mujer para ser madre en la Argentina, comenzó una carrera contrarreloj.