"Paraguay es un corredor para el tránsito de drogas y armas, incluida Europa. El crimen transnacional aprovecha sus fronteras porosas para expandir sus operaciones en el país", dice otra parte del documento del Departamento de Estado.
Santiago Peña asumió como presidente el pasado 15 de agosto. "Peña necesita elegir entre Cartes o el gobierno de los Estados Unidos", asegura ese informe de 13 páginas que tiene un plan de acción con objetivos entre 6 y 24 meses.
Apoyar a Peña y reforzar la lucha contra la corrupción
El documento tiene ese claro objetivo. Hacer que el nuevo presidente paraguayo desarrolle un mandato "autónomo", alejado de la influencia de Horacio Cartes. Peña fue ministro de economía en la presidencia de Cartes y por él, se afilió al partido Colorado.
Por eso, el Departamento de Estado diseñó una hoja de ruta con una serie de objetivos a cumplir en plazos previstos para 6 meses y otros para 24 meses. La línea rectora es esta: hacer que Paraguay refuerce lo que hizo Mario Abdó Benítez, una amplia colaboración con Estados Unidos contra el narcotráfico y la corrupción.
El documento publicado por La Política Online destaca: "La cultura de la impunidad de los actores políticos más poderosos de Paraguay, que también controlan la actividad económica, es el principal desafío a la corrupción, incluidos los narcotraficantes transnacionales que consolidan las prácticas corruptas e impiden la rendición de cuentas". También señala que este problema se ha expandido incluso al sector militar: "El Ejército paraguayo también sufre la corrupción que viene de las estructuras organizativas heredadas, los recursos escasos y la falta de entrenamiento y educación".
Es por eso que ese trabajo de 13 páginas define tópicos caracterizados como LFO por "Lines of Effort" (líneas de esfuerzo o de trabajo, en la traducción). Entre los puntos que se destacan figuran:
- Apoyar la vigilancia ciudadana
- Fortalecer a las instituciones judiciales y policiales
- Mejorar la eficiencia del Gobierno en el control de la corrupción
Para desarrollar este plan se prevé ayudar a fortalecer los mecanismos que el país tiene para luchar contra el narcotráfico. Darle pleno respaldo al presidente Peña, que dijo que quería seguir colaborando estrechamente con los Estados Unidos. También con el apoyo al sistema judicial y a uniformados que tienen que tener el coraje y la decisión para perseguir a esas bandas del crimen internacional organizado.
El propósito es que esas instituciones paraguayas se fortalezcan para cumplir cada vez mejor con esa misión, lo que se traduce inmediatamente en una merma en los niveles de corrupción.
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Santiago Peña, considerado como un "delfín" de Horacio Cartes (Foto: gentileza ABC color).
Aislar a Cartes
Horacio Cartes figura en la lista de personas a las que el Departamento del Tesoro considera como vinculados con casos de "corrupción significativa". Si pusiera un pie en los Estados Unidos, sería detenido de inmediato. Es por eso que entre los objetivos que el documento precisa aparece cortar la posible influencia del expresidente.
Se buscará "debilitar" la fuerza de Cartes, actuando contra sus "patrocinadores responsables" mediante sanciones económicas o restricciones a sus visas. En la mira están los que le permiten al expresidente mantener sus "negocios" y sus agentes de corrupción.
Taiwán y no China
El Paraguay es un caso extraño en la región. Reconoce a Taiwán como un país, pese a las pretensiones de China comunista. En ese campo, el Departamento de Estado también anota un curso de acción regional.
"Aunque Paraguay no enfrenta la perniciosa influencia de las instituciones económicas chinas, probablemente China vuelque su mirada con renovado vigor tras las elecciones del 30 de abril. Por lo tanto, la corrupción estratégica puede ser una amenaza emergente importante para nuestra posición más amplia en Sudamérica", dice este documento de 13 páginas.
Cortar el cordón umbilical que marcó la llegada de Santiago Peña a la política es un objetivo para Washington. Esa unión terminaba en Horacio Cartes y el plan es que esa situación se rompa y que se parezca más al Paraguay con Abdó Benítez. Es por eso que la reconversión de Peña tiene un plazo de 6 meses, para concentrarse en el fortalecimiento de las instituciones democráticas y los atributos y determinación de la Justicia y fuerzas policiales para combatir a la corrupción y el narcotráfico.