Pero hubo un cambio drástico en esa situación, a medida que durante los siglos, el catolicismo pasó de ser una religión prohibida y castigada, hasta religión oficial y a tener ejércitos y enormes territorios en manos del Papa. Así surgió el celibato para los sacerdotes.
La gran transformación sucedió en los concilios de Letrán a partir del año 1123. Sin embargo, esa disposición no siempre fue respetada por los papas. Muchos estaban casados y continuaron así pese a ser ungidos como papas. Además, tuvieron hijos y en algunos casos, la silla de Pedro fue casi hasta una sucesión familiar.
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El celibato de los clérigos no es un dogma de fe
Desde Pedro en adelante, muchos de los considerados como Papas estaban casados al momento de recibir la misión de ser el vicario de Cristo. Y así siguió la situación con los sacerdotes y el jefe de la Iglesia Católica - cristiana en general - en los primeros siglos.
Alrededor de los siglos III y IV, sin embargo, ya existían movimientos dentro del catolicismo proponiendo que los religiosos practicasen el celibato.
Y la Iglesia tuvo varias idas y venidas en cuanto al tema, e incluso regiones diferentes adoptaron prácticas diferentes, ya que era una época de comunicación precaria. La preocupación con el celibato empezó a cobrar fuerza a partir del siglo XI. Papas como León IX y Gregorio VII temían por la "degradación moral" del clero. Para fines del Siglo X, se estima que fue el punto culminante del matrimonio clerical en la comunión latina. La mayoría de los sacerdotes rurales estaban casados y muchos clérigos y obispos urbanos tenían esposas e hijos.
Por lo tanto, ese movimiento interno acabó en los concilios de Letrán que ordenaron el tema con una resolución para todos: el celibato para los sacerdotes (su "casamiento" pasó a ser con la Iglesia, como la casa de todos los fieles).
A partir de los concilios de 1123 y 1139, quedó decretado que clérigos no podrían casarse o relacionarse con concubinas. El celibato también se mantuvo en otros concilios como los de Letrán (esta vez, en 1215), y en el Concilio de Trento (entre 1545 y 1563).
En el siglo XX el tema volvió a resurgir. Ya con el Papa Pío XII, se mantuvo la misma situación porque defendió el celibato en la encíclica "Sacra Virginitas". Y en el Concilio Vaticano II, en 1965, el Papa Pablo VI también divulgó un documento," De sacerdotio ministeriali", que trató el asunto, pero no cambió la norma.
"El celibato no es un dogma de fe, es una regla de vida que yo aprecio mucho y creo que es un don para la Iglesia. No siendo un dogma de fe, siempre tenemos la puerta abierta para cambiarlo", reconoció en una entrevista el Papa argentino. Explicó que en los ortodoxos (en la iglesia católica oriental) muchos sacerdotes están casados.
Pese a la norma general, no todos los Papas fueron fieles... a esa disposición.
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"El papa no duerme solo". Eso se decía de Alejandro VI, el papa Borgia, padre de César y Lucrecia y que tuvo muchas mujeres amantes. (Foto: Gentileza Ventura)
Celibato, papas casados e hijos famosos
Probablemente, la casa Borgia o Borja sea la más famosa por su historia y sus escándalos. El primer papa Borgia fue Calixto III, en 1455. Pero el más famoso, desde tordo punto de vista, Alejandro VI. El papa Borgia tuvo en su pontificado la noticia de la llegada de Colón a América (1492), enviado y financiado por los reyes Católicos de España. Alejandro fue el segundo y último papa español. Tuvo dos hijos famosos en la historia: César y Lucrecia Borgia.
Es considerado como uno de los Papas más controvertidos, en parte porque reconoció haber tenido varios hijos con sus amantes. Como consecuencia, su apellido italianizado, Borgia, se convirtió en sinónimo de libertinaje y nepotismo, tradicionalmente considerados como característicos de su pontificado.
Por supuesto que no fueron los únicos. Un caso notable es el de Julio II. Uno de los más importantes de la Iglesia. Fue el mecenas de Rafael Sanzio y de Miguel Ángel, entre otros, para darle el aspecto maravilloso que tiene San Pedro y especialmente, la Capilla Sixtina que concentra ahora a los cardenales. Llamado el "papa guerrero" por sus constantes viajes de campaña, también es reconocido por haber tenido varios hijos con sus amantes.
Francisco: "El celibato de los sacerdotes no es un dogma de fe"
El celibato sacerdotal es cuando esta elección se hace a cambio de una dedicación total a los servicios religiosos, por medio de la ordenación presbiteral, pero como dejó en claro el papa Francisco, no es un "dogma de fe". Significa que puede ser modificado en cualquier momento.
"El celibato no es un dogma de fe, es una regla de vida que yo aprecio mucho y creo que es un don para la Iglesia. No siendo un dogma de fe, siempre tenemos la puerta abierta para cambiarlo", reconoció en una entrevista el Papa argentino. Explicó que en los ortodoxos (en la iglesia católica oriental) muchos sacerdotes están casados.
Sin embargo, sobre modificar esa norma y permitir que los sacerdotes Católicos occidentales puedan casarse, reconoció que no era un tema en su Pontificado: "En este momento, sin embargo, no lo tenemos pensado", concluyó.