Pierre Cardin murió hace 3 años y su familia se trenza en una lucha encarnizada por la herencia (Foto: gentileza La Vanguardia).
Respetar la voluntad de Pierre Cardin, preservar su imperio y defender su imagen, eso es lo que está en juego. El modisto, célebre en el mundo, murió hace tres años. No tuvo esposa ni hijos. Es por eso que su herencia, nada menos que 800 millones de dólares, se la disputan encarnizadamente sus sobrinos nietos.
En todo este tiempo no pudieron ponerse de acuerdo. Las mujeres quieren que la marca se venda y quedarse con el dinero resultante. En cambio, su primo, Rodrigo Basilicati Cardin, quiere que la empresa que es ícono en la alta moda siga funcionando. Tiene un interés adicional: desde hace 25 años, trabaja en la empresa y fue la mano derecha del desaparecido Pierre Cardin.
Con solo decir su nombre, se remite directamente a Francia. Sin embargo, Pietro Costante Cardin nació en San Biagio di Callalta, Veneto en Italia, en 1922. Por razones económicas, su familia se mudó a Francia y allí desarrolló su actividad en el mundo de la moda, en donde logró imponer su nombre como una marca de calidad. Como muchas veces sucede, un "no" desató un cambio revolucionario.
Le gustaba decir que fue el primer empleado de la casa Christian Dior. Quiso ingresar como modisto a Balenciaga, pero lo rechazaron. Eso lo llevó a crear su propia marca y así comenzó el crecimiento de Pierre Cardin.
Impuso todas las combinaciones posibles con un "invento" británico: la minifalda. Y por supuesto, su fama e influencia en la alta moda se potenció con el impulso que le dio con sello propio a la moda unisex.
Así, fue creciendo su imperio, a tal punto que cuando logró que su colección "prêt-à-porter" (listo para usar) llegara a los grandes almacenes de París (Galleríes Lafayette y Pintemps) fue expulsado de la "Chambre Syndicale", que agrupaba a las casas del "alta costura". Pero su éxito arrollador hizo que la medida quedara sin efecto.
Pierre Carden fue la primera casa de la moda europea en desembarcar en Japón y también el pionero en algo muy común en estos días: asociar la "marca" a productos de lujo, como autos de edición limitada.
Así llegó a construir un emporio de 800 millones de dólares. Murió en 2020 a los 98 años y desde entonces se desató una batalla familiar por la herencia que ahora llegó a la Justicia.
Es así de simple el dilema familiar, pero ha desatado tales peleas y enfrentamientos que los sobrinos nietos de PC solo coinciden en una cosa: que la Justicia decida qué hacer con su fortuna.
Pierre Cardin tiene tres mujeres como sobrinas nietas. A ninguna le interesó nunca el negocio de la moda. Solo vestirse bien. Llevar adelante la compañía es otra cosa. Por eso ahora, Rodrigo Basilicati Cardin está en guerra con las cuatro hijas de una hermana del creador del imperio de la alta costura.
Las cuatro le dieron una clara instrucción a su abogado. No les interesa si la marca sigue, se entrega en leasing o cambia de manos. Ellas quieren su parte de la fortuna de 800 millones de dólares. Incluso, acusan a Rodrigo Basilicati Cardin de presentar papeles cuestionables desde el punto de vista de la administración del emporio Cardin, como para quedarse con todo. Pero él, tiene otra versión de lo que sucede.
Rodrigo Basilicati Cardin también es italiano, aunque su vínculo con el viejo Pierre está dentro de las telas, los diseños y la alta costura. Nació en Padua en 1970 y para muchos en la "maison Cardin" heredó su personalidad ecléctica para crear moda. A los 24 años, pese a ser ingeniero civil y pianista, ingresó a trabajar con su tío abuelo y nunca más lo abandonó.
Incluso él aportó las ideas de diversificarse y llevar el nombre de Pierre Cardín a perfumes, joyas especiales y vehículos de superlujo en colecciones limitadas.
En 2018 lo designó como el director general del grupo Pierre Cardin Evolución. Dos años después llegó a ser el presidente de toda la marca. No quedaron dudas sobre quién era el elegido para continuar con los negocios. Pero los problemas comenzaron con la muerte de Pierre Cardin en 2020.
Rodrigo exhibió en la familia una carta a modo de testamento en la que Pierre lo nombraba su único heredero. Por supuesto, la misiva fue tachada de apócrifa por la rama femenina de los herederos y así comenzaron tres años de pelea que ahora llegan a la justicia.
Entre los elementos de la herencia hay un palacio francés que, por sí solo, está valuado en 300 millones de dólares. Allí, en el pueblo de Lacoste, Rodrigo quiere montar la base de Pierre Cardin en el Siglo XXI. Pero sus primas ven los ladrillos de las murallas y solo piensan cuánto valen en billetes con la cara de Washington.
Tres meses antes, Pierre Cardin concedió una última entrevista. Allí le preguntaron qué había decidido para su legado económico y en el mundo de la alta costura. Pudo haber resuelto todo, pero, sin embargo, respondió:
"¿Después de mi muerte? No he organizado nada, nada". Tres años después, esa frase provoca una guerra familiar.
