PATAGONIA: INTENSA BUSQUEDA

Desenlace trágico: encontraron el cuerpo de Héctor Hernández

La angustia que dominó durante dos días a familiares, amigos y vecinos de Héctor Horacio Hernández, un hombre de 60 años oriundo de Río Negro, tuvo un desenlace trágico

Desenlace trágico: encontraron el cuerpo de Héctor Hernández

La angustia que dominó durante dos días a familiares, amigos y vecinos de Héctor Horacio Hernández, un hombre de 60 años oriundo de Río Negro, tuvo un desenlace trágico. Su cuerpo fue hallado flotando en la costa del Lago Nahuel Huapi, en una zona próxima al Mirador del Río Limay, luego de una intensa búsqueda que mantuvo en vilo a toda la región patagónica.

El hallazgo se produjo luego de un operativo coordinado entre la Fiscalía de Neuquén, personal de Criminalística y efectivos de las policías de Río Negro y Neuquén, que trabajaron de manera conjunta para dar con su paradero. Las pericias en el lugar continuaron durante varias horas, en un contexto cargado de dolor y conmoción, mientras se realizaban las tareas de identificación y levantamiento del cuerpo.

Desde el comienzo, la desaparición de Hernández generó preocupación inmediata, ya que se trataba de un vecino muy querido en el barrio Las Victorias, en San Carlos de Bariloche. La Policía de Río Negro había emitido una solicitud de paradero el miércoles 22 de octubre, luego de que los familiares reportaran que Héctor se había ausentado de su domicilio sin avisar.

Según indicaron fuentes cercanas a la investigación, el hombre había dejado una nota, dinero en efectivo y algunas pertenencias personales antes de marcharse. Ese detalle despertó alarma entre sus allegados, que temían que pudiera tratarse de una decisión voluntaria. Sin embargo, las hipótesis se mantuvieron abiertas desde el inicio, mientras las fuerzas de seguridad desplegaban un amplio operativo para ubicarlo.

La búsqueda comenzó en las primeras horas del jueves, y rápidamente se extendió por distintas zonas de la ribera del Lago Nahuel Huapi. Brigadistas, buzos, drones y canes rastreadores trabajaron en conjunto, con el apoyo de la Subcomisaría 80, la Unidad Regional III, el COER (Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate), la Brigada de Canes, Prefectura Naval, el SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) y personal de la Policía de Neuquén.

La intervención de ambas provincias fue clave, ya que la zona donde finalmente se halló el cuerpo pertenece administrativamente a Neuquén, aunque se encuentra muy próxima a Bariloche. Por ese motivo, la fiscal jefa de Bariloche y el fiscal de Villa La Angostura coordinaron las tareas en conjunto, bajo la supervisión del juez en turno, debido al carácter interprovincial del área.

Las condiciones climáticas, con vientos intensos y temperaturas cercanas a los cero grados, dificultaron las primeras jornadas de búsqueda. Los equipos de rescate debieron recorrer áreas boscosas y rocosas de difícil acceso, donde la visibilidad era escasa y el terreno resultaba peligroso.

El jefe de la Unidad Regional III se hizo presente en el lugar del hallazgo, y fue quien confirmó que el cuerpo encontrado correspondía a un hombre de características similares a las de Hernández. Las pericias de Criminalística y el reconocimiento familiar posterior terminaron por confirmar la identidad.

Héctor había sido visto por última vez en su domicilio del barrio Las Victorias durante la madrugada del miércoles 22. Vecinos declararon haber notado movimientos inusuales cerca de su vivienda esa noche, aunque nadie lo vio salir. Al amanecer, uno de sus familiares encontró la puerta entreabierta y, sobre una mesa, la nota manuscrita junto a una suma de dinero y sus documentos personales.

La nota, cuyo contenido no trascendió oficialmente, habría sido breve y dirigida a sus seres queridos. Según trascendió de fuentes extraoficiales, en ella Hernández habría expresado “agradecimiento” y algunas palabras de despedida. Ese indicio llevó a que la búsqueda se orientara inicialmente hacia las zonas cercanas al lago, ante la posibilidad de que hubiera decidido quitarse la vida.

Sin embargo, los investigadores no descartaron otras líneas de investigación, entre ellas un posible accidente. Hernández era aficionado a la pesca y las caminatas, por lo que algunos allegados sostuvieron la posibilidad de que hubiera salido a recorrer la zona del río sin dar aviso y sufrido una caída o descompensación.

Durante los dos días que duró la búsqueda, la comunidad de Bariloche se movilizó activamente. En redes sociales se difundieron fotografías del hombre, descripciones de su vestimenta y posibles rutas de desplazamiento. También se organizaron pequeños grupos de vecinos para colaborar con los rastrillajes, especialmente en las zonas rurales y forestales cercanas a la ciudad.

Héctor Hernández medía aproximadamente 1,80 metros, tenía contextura delgada, cabello corto o rapado y ojos verdes. En el momento de su desaparición, llevaba puesta una chomba color verde, un buzo gris y un pantalón de jean azul. Estos datos fueron claves para su identificación final, ya que coincidían con la ropa encontrada en el cuerpo hallado.

La confirmación de su muerte llegó cerca de las 17 horas del viernes, cuando la Fiscalía de Neuquén comunicó oficialmente el resultado de las pericias preliminares. A partir de ese momento, el caso pasó a manos del equipo forense, que realizará la autopsia correspondiente para determinar la causa exacta del fallecimiento.

Las autoridades informaron que la autopsia será fundamental para establecer si la muerte se produjo por ahogamiento o si existieron otros factores. En tanto, la familia solicitó prudencia y respeto por el dolor que atraviesan. “Estamos devastados, solo pedimos privacidad en este momento tan difícil”, expresó uno de los sobrinos del hombre, a través de un comunicado breve publicado en redes sociales.

El Ministerio Público Fiscal señaló que no se encontraron signos de violencia visibles en el cuerpo, aunque aclaró que las conclusiones definitivas dependerán de los estudios forenses. También se recolectaron muestras de agua y tierra de la zona donde fue hallado, a fin de determinar si el cuerpo había permanecido allí desde su desaparición o si fue arrastrado por la corriente.

El Lago Nahuel Huapi, conocido por su belleza escénica, ha sido escenario de otros episodios trágicos similares en los últimos años. Su amplitud, las bajas temperaturas del agua y las corrientes internas lo convierten en un entorno de riesgo, especialmente durante los meses de otoño e invierno.

Quienes conocían a Héctor lo describen como un hombre tranquilo, reservado y amable, con una rutina sencilla. Jubilado recientemente, vivía solo en su casa de Las Victorias, donde solía pasar las tardes arreglando el jardín o leyendo. Algunos vecinos señalaron que atravesaba un período de tristeza en los últimos meses, aunque no había manifestado intenciones de alejarse o causar preocupación.

Su desaparición, en ese contexto, golpeó profundamente a la comunidad. Muchos de los vecinos participaron del operativo o acercaron alimentos y bebidas a los rescatistas durante las largas jornadas de búsqueda. “Era una buena persona, siempre dispuesto a ayudar”, comentó una vecina del barrio. “Nos duele mucho este final”.

Con el paso de las horas, las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida y condolencias, reflejando el impacto que la noticia causó en la ciudad.

Aunque las autoridades continúan trabajando para determinar los detalles finales del caso, todo indica que la muerte de Héctor Hernández no estuvo vinculada a un hecho delictivo. Las primeras pericias apuntan a una muerte por inmersión accidental o voluntaria, aunque será la autopsia la que confirme oficialmente esta hipótesis.

El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial de Neuquén para su examen, y se espera que en los próximos días sea entregado a sus familiares para su sepultura. La Fiscalía agradeció públicamente la colaboración de todas las fuerzas intervinientes y destacó el trabajo conjunto que permitió dar con el paradero del hombre en tan poco tiempo.

En Río Negro, la comunidad despide hoy a un vecino cuya ausencia movilizó a todos. El caso deja una profunda enseñanza sobre la importancia de actuar con rapidez ante una desaparición, y sobre el valor del acompañamiento colectivo en momentos de incertidumbre y dolor.

Mientras las aguas del Nahuel Huapi recuperan su calma habitual, el recuerdo de Héctor Hernández permanece vivo en el corazón de quienes lo conocieron y en la memoria de una ciudad que no olvidará los días en que buscó desesperadamente a uno de los suyos.