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Se conoció cuál es la principal hipótesis sobre la desaparición de Pedro Alberto Kreder y Juana Inés Morales

La desaparición de Pedro Kreder (79) y Juana Morales (69) en la provincia de Chubut mantiene en vilo a toda la región patagónica.

Se conoció cuál es la principal hipótesis sobre la desaparición de Pedro Alberto Kreder y Juana Inés Morales

La desaparición de Pedro Kreder (79) y Juana Morales (69) en la provincia de Chubut mantiene en vilo a toda la región patagónica. A más de dos semanas del inicio de los operativos, las autoridades provinciales aseguran que todas las líneas de investigación continúan abiertas, pero reconocen que el paso del tiempo y la falta de resultados concretos comienzan a erosionar la esperanza de encontrarlos con vida.

El ministro de Seguridad de Chubut, Héctor Iturrioz, fue claro al sostener que la principal hipótesis sigue siendo la pérdida accidental. Según explicó, los rastrillajes realizados hasta el momento no arrojaron indicios que permitan suponer la intervención de terceros. “Son infaustas y malas noticias porque recorrimos toda la zona del primer refugio hasta la escollera y no hubo ninguna novedad relevante”, expresó con visible preocupación.

La última fase del rastrillaje se concentró en el sector costero norte, luego de que el número 134 recibiera una denuncia anónima que mencionaba un supuesto hecho delictivo. Sin embargo, esa pista terminó siendo descartada. “Recorrimos toda la zona y verificamos cada lugar. Los refugios estaban llenos de gente el domingo, y no hay ningún indicio de actividad delictiva”, detalló Iturrioz, quien además lamentó que circulen rumores infundados que entorpecen la investigación.

El hallazgo de la camioneta Toyota Hilux de Pedro Kreder, estacionada sin signos de violencia en la zona de Cañadón Visser, fue hasta ahora el único elemento concreto del caso. A partir de allí, los peritos realizaron un minucioso trabajo en busca de rastros que pudieran ofrecer alguna pista. Pero los resultados fueron negativos. “La camioneta se procesó en el lugar sin que nadie la toque. Policía Científica analizó las alfombras y todas las superficies buscando manchas hemáticas o indicios de un hecho violento, y no se halló nada”, confirmó el ministro.

La situación refuerza, según Iturrioz, la hipótesis principal. “Objetivamente, la más fuerte sigue siendo la pérdida accidental. Mañana la búsqueda se trasladará a otro sector, porque no tenemos certeza de hacia dónde caminaron ni cuánto pudieron hacerlo”, adelantó.

Durante la semana, circularon versiones en redes sociales que hablaban de supuestos avistamientos de la camioneta o de armas encontradas dentro del vehículo. El ministro fue contundente al desmentir esas afirmaciones. “Se conoció que un hombre dijo haber visto a dos personas en una camioneta similar a la de Pedro, pero lo descartamos enseguida. Dijo que hizo una denuncia en la Comisaría de Kilómetro Ocho, pero allí no fue nadie. Fue solo un rumor viralizado en redes sociales”, señaló.

Respecto a las armas, Iturrioz fue aún más tajante: “Es falso. La denuncia anónima afirmaba que había gente intentando cometer delitos y que el denunciante fue víctima potencial, pero cuando se le preguntó si le robaron, dijo que no. Es una denuncia ilógica”.

El operativo de búsqueda enfrenta, además, serias dificultades geográficas. La zona es conocida por su terreno áspero y peligroso, con cañadones profundos y sumideros naturales que complican el trabajo de los equipos. “Mañana vamos a inspeccionar unos sumideros. Son terribles. Cualquiera que haya recorrido la zona sabe que podrían entrar diez personas ahí adentro”, explicó el ministro, graficando la magnitud del desafío.

A esas condiciones extremas se suma la presencia de fauna salvaje, entre ellos pumas. “Tampoco descartamos la presencia de pumas. De hecho, vimos guanacos grandes arrastrados por pumas recientes. El sábado y el domingo encontramos uno que había sido cazado esa misma noche”, relató.

En paralelo, Iturrioz reconoció la dedicación de los rescatistas, pero criticó la falta de apoyo de algunos organismos nacionales. “Prefectura colaboró, pero el Ejército no. Nos prestó transporte, pero nos cobró. Eso no es colaborar. Servini dijo que el Ejército estaba colaborando, pero no es así: nos cobraron el combustible casi el mismo día”, denunció el ministro, visiblemente molesto.

Esa falta de apoyo fue compensada, en parte, por la labor de la Prefectura y los voluntarios locales. “Prefectura tuvo una hora y media de vuelo, y estamos evaluando incorporar drones con inteligencia artificial. Estos dispositivos detectan figuras humanas sin necesidad del ojo del operador. Cuando los vimos en acción nos emocionamos, y queremos que sean parte de una futura compra para la policía”, adelantó Iturrioz.

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La desaparición de Kreder y Morales volvió a poner sobre la mesa un dato alarmante: en Comodoro Rivadavia existen actualmente 22 personas desaparecidas. El ministro no eludió la comparación con un caso que sacudió a la provincia en 2023, el de Diego Barría, el joven que fue hallado muerto tras ser devorado por un tiburón. “La única diferencia con el caso Barría es que en esta oportunidad la Municipalidad colaboró con cuatriciclos, camionetas y viandas. En aquella ocasión no colaboró para nada”, subrayó.

El recuerdo de Barría resuena inevitablemente en el operativo actual. En ambos casos, la inmensidad del territorio, el clima adverso y las demoras en las búsquedas resultaron factores decisivos. Sin embargo, las autoridades aseguran que esta vez se trabaja con mayor coordinación y recursos, aunque todavía sin resultados visibles.

Son muchas las investigaciones que se llevan adelante. Todavía hoy Cristian Olazábal —uno de los rescatistas— recordaba cada una de ellas. En esta búsqueda llegaron a participar más de 200 personas. Hoy fueron 51 y mañana serán 45, porque también debemos dar descanso a los equipos”, explicó el ministro, intentando transmitir calma y compromiso.

A pesar del despliegue y de los esfuerzos, el panorama sigue siendo desolador. No hay rastros concretos de Pedro ni de Juana. Ninguna de las huellas halladas en las inmediaciones de la camioneta permitió establecer una dirección clara de desplazamiento, y los perros rastreadores tampoco lograron seguir un rastro firme. La teoría de que la pareja pudo haberse desorientado tras una caminata o un desperfecto mecánico sigue siendo la más probable.

El ministro Iturrioz insistió en que la prioridad sigue siendo encontrarlos, sin especular más allá de lo que marcan las evidencias. “Seguiremos hasta encontrar a Pedro y Juana”, prometió. Mientras tanto, los familiares de la pareja mantienen la esperanza, aunque reconocen que los días pasan y el silencio del paisaje patagónico se vuelve cada vez más inquietante.

En Comodoro Rivadavia, la comunidad se mantiene expectante. En las redes sociales se multiplican los mensajes de apoyo, los pedidos de información y las oraciones. Nadie puede entender cómo una pareja de jubilados que solo quería disfrutar de un viaje de descanso pudo desaparecer sin dejar rastro.

Cada nuevo día de búsqueda representa una carrera contra el tiempo. En los cañadones, los equipos avanzan lentamente, revisando metro a metro. En el aire, los drones intentan trazar patrones que el ojo humano podría pasar por alto. En las comisarías, los investigadores revisan llamados, denuncias y grabaciones en busca de una señal mínima que los conduzca al paradero de la pareja.

Por ahora, el misterio sigue intacto. Y aunque el ministro Iturrioz repite que no hay indicios de un crimen, el temor de un desenlace trágico empieza a tomar fuerza en la comunidad. El caso de Pedro Kreder y Juana Morales se suma así a una lista dolorosa de desapariciones en la Patagonia, una tierra inmensa, hermosa y a veces implacable, donde el silencio del viento parece guardar los secretos más oscuros.

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