El área de búsqueda se extiende desde Las Rocas Coloradas hasta Puerto Visser, un extenso corredor costero con acantilados, cuevas naturales y caminos de difícil acceso. “Estamos trabajando ahí”, confirmó Iturrioz, quien supervisa personalmente los operativos que ya involucraron a fuerzas nacionales, provinciales y municipales, además de una red creciente de voluntarios.
El operativo se ha convertido en uno de los más grandes de los últimos años en la provincia. Participan policías, bomberos, Defensa Civil, Prefectura Naval y personal del Ejército, junto con grupos de rescate especializados. “El dispositivo cuenta con más de 60 personas de manera permanente, pero en algunos días llegó a haber cerca de 100 trabajando en el terreno”, detalló el ministro.
Los equipos emplean camionetas 4x4, drones, cuatriciclos y caballos para recorrer zonas de difícil acceso. También se utilizan cámaras térmicas y tecnología de geolocalización, mientras que familiares y amigos colaboran en los puntos de apoyo, distribuyendo alimentos, agua y combustible. La solidaridad de los vecinos de Comodoro Rivadavia ha sido clave para mantener activo el operativo, ya que el terreno y las distancias demandan una logística compleja.
En medio de los rastrillajes, surgieron nuevos elementos que podrían ser indicios del recorrido de la pareja. “Encontramos un par de pisadas”, reveló Iturrioz el miércoles. Según explicó, una de las huellas sería de calzado femenino talle 35 o 36, que podría corresponder a Juana Morales. “En vez de ir hacia el Este, la pisada sube hacia el Oeste, hacia la Ruta 3. En ese sector se hace el rastrillaje en el día de hoy”, indicó.
El hallazgo renovó momentáneamente las esperanzas de los equipos, aunque el paso de las horas volvió a empañar el optimismo. Las condiciones del terreno dificultan la conservación de huellas o rastros, y la lluvia reciente alteró varias zonas que estaban siendo analizadas por los peritos. Aun así, los investigadores decidieron ampliar el radio de búsqueda hacia el oeste, en dirección a la ruta nacional, donde se cree que la pareja podría haber intentado pedir ayuda.
Mientras tanto, las autoridades analizan nuevos testimonios y registros de cámaras de seguridad en el trayecto entre Comodoro Rivadavia y Rocas Coloradas. Se busca determinar si el vehículo de la pareja, una camioneta blanca, fue visto por algún testigo o si se detuvo en una zona inusual. La línea de tiempo del viaje todavía presenta vacíos importantes que los investigadores intentan llenar.
Los familiares de Kreder y Morales insisten en que ambos eran personas activas, sociables y prudentes. Pedro, jubilado del sector petrolero, conocía bien los caminos rurales y solía realizar pequeñas excursiones por la costa. Juana, por su parte, era una mujer alegre y cuidadosa, que rara vez emprendía un viaje sin avisar a sus allegados. Por eso, la hipótesis de un accidente nunca los convenció del todo.
“Sabemos que fueron a pasar el día, que llevaban comida y agua. Pero algo pasó en el camino. No puede ser que nadie los haya visto, que no haya un rastro claro”, expresó una de las hijas de Juana, visiblemente conmovida. La familia también manifestó su preocupación por el manejo de la información, ya que los rumores sobre el presunto robo armado generaron confusión y angustia.
El caso ha despertado una fuerte repercusión pública en Chubut y en toda la región patagónica. En redes sociales, vecinos organizan cadenas de oración y grupos de apoyo para los rescatistas. También se difunden imágenes recientes de la pareja con la esperanza de que algún testigo aporte datos concretos. “Cualquier información, por mínima que sea, puede ser clave”, repiten desde el Ministerio de Seguridad.
Por ahora, la prioridad sigue siendo encontrarlos con vida. Pero el paso del tiempo juega en contra: ya son casi dos semanas sin señales claras. La zona, conocida por su belleza natural, se transformó en un escenario de búsqueda intensa y angustiosa, donde cada jornada concluye con más preguntas que respuestas. “No vamos a detenernos hasta saber qué ocurrió”, aseguró Iturrioz.
Fuentes del Ministerio indicaron que, si bien el testimonio recibido en la línea 134 no está confirmado, no se descarta ningún escenario. “Estamos evaluando todo. No hay nada que se haya desestimado todavía”, indicaron. En paralelo, los fiscales a cargo del caso ordenaron nuevos peritajes sobre objetos hallados en los alrededores del camino costero, incluyendo restos de calzado y fragmentos de tela.
La comunidad de Comodoro Rivadavia se mantiene en alerta permanente, acompañando cada actualización del operativo. Los vecinos de Rocas Coloradas, acostumbrados a la tranquilidad del paisaje, ahora observan cómo sus playas se llenan de uniformados, perros rastreadores y vehículos oficiales. “Nunca vimos algo así. Todos estamos colaborando”, contó un poblador local.
En medio de la incertidumbre, los investigadores insisten en que cualquier hipótesis sigue abierta. Si bien el llamado anónimo apuntó a un posible robo, no hay evidencia material concluyente que confirme esa versión. Sin embargo, la línea se mantiene activa y los agentes especializados en delitos complejos ya se sumaron para analizar el contenido del mensaje y su origen.
La desaparición de Kreder y Morales se ha convertido en un caso emblemático, no solo por la magnitud del operativo, sino también por lo que refleja sobre la vulnerabilidad de las personas mayores en zonas rurales y aisladas. Cada día que pasa sin novedades refuerza la sensación de impotencia entre los familiares, pero también una firme convicción: no se rendirán hasta conocer la verdad.
En los próximos días, se espera que el Ministerio de Seguridad brinde un nuevo parte oficial con los avances de la investigación. Mientras tanto, la provincia entera sigue pendiente de un desenlace que permita devolver algo de paz a dos familias que aún se niegan a perder la esperanza.