El texto resalta la excelente conexión que tenían entre ellos: "Esta conmovedora historia de amor, lealtad, y el vínculo no dicho entre humano y animal ha resonado con la gente de todo el mundo. El legado de Riste seguirá viviendo a través de las vidas que tocó y su incansable compromiso con la conservación. Que ambos descansen en paz".
la jirafa y el cuidador .jpg
El cuidador de la jirafa murió sorpresivamente y el animal murió poco tiempo después. (Foto:Zoo de Macedonia)
La historia de Floppy y su cuidador
La jirafa había llegado al zoológico en Macedonia del norte. Uno de los primeros cuidados a los que hubo que dedicarse especialmente fue a su dieta de alimentación y el recinto en donde dormía. Las bajas temperaturas, en especial en invierno, no tienen nada que ver con el calor que reina en su hábitat natural, África.
Allí comenzó el paciente trabajo de Riste Trajkovski para que el animal pudiera adaptarse lo mejor posible. Dedicó horas y horas junto a Floppy para que se sintiera cómoda, pese al frío y comiera una dieta diferente a lo que tenía en el África para incorporar más calorías. De a poco la jirafa se fue acostumbrando a ese clima, a tal punto que se habituó a salir a la intemperie, aún en los fríos días invernales.
Riste fue fundamental para esta adaptación y estableció con Floppy un vínculo muy especial. Esto es muy sabido y muy natural en cualquier zoológico - los modernos no son meros "exhibidores de especies extrañas" sino que cumplen tareas para el cuidado, la reproducción y combaten los peligros de extinción - en cuanto a la relación que se desarrolla entre los animales y sus cuidadores. Son ellos los que están atentos a cualquier problema que puedan tener. Basta un cambio pequeño es su conducta habitual para que sepan que algo malo sucede. Puede ser el indicio de una enfermedad, por ejemplo. Cuando llevaban esta vida en conjunto, creciendo en el zoo a la par de las visitas diarias de las personas, sucedió algo que los marcaría a ambos.
¿Una enfermedad que precipitó el final?
Floppy llegó muy joven al zoo de Macedonia del norte. Luego de una permanencia de 10 años, los exámenes de los veterinarios encontraron un tumor en el estómago de la jirafa. Hubo que hacerle una serie de intervenciones y tratamientos. Esto afectó particularmente a su cuidador, Riste. Y como muchas veces sucede, la procesión fue por dentro.
Riste multiplicó sus esfuerzos y cuidados con Floppy. Para ayudarla ante esa enfermedad sin cura. Pero los esperaba otra situación más trágica aún.
Luego de estar juntos durante 12 años, Riste murió repentinamente. Tenía 44 años y nadie en el zoo imaginaban que eso pudiera ocurrir. Floppy perdió a "su" cuidador a su persona preferida. Estaba enferma de un tumor, como ya señalamos. Aunque se cumplían con ella todos los protocolos sanitarios, el drama volvió a presentarse en el zoo.
"Justo horas después de la muerte de Riste, la última jirafa del zoológico, Floppy, también murió", dijo en un comunicado la autoridad del zoológico. Como si la tristeza por no tener más a su cuidador hubiese sido mucho peor que la enfermedad incurable que padecía. Los dos, Riste, el cuidador, y Floppy, la jirafa, murieron con pocas horas de diferencia.