Una mujer entregó a su hija en adopción. Pero su vida cambió de manera dramática cuando supo que desapareció del hogar en que vivía. Comenzó una conmovedora búsqueda que ahora llegó hasta las pantallas de Netflix.
Una madre forzada a buscar por años a su hija, sin saber si estaba viva. (Foto: Gentileza
En 2010, la vida de una madre cambió para siempre. Un día, la policía le envió una carta a su domicilio. Le informaron que la justicia quería hacerle una prueba de ADN. La mujer no comprendió el motivo y, de pronto, se le vino el mundo abajo: había aparecido muerta una adolescente y creían que podría tratarse de su hija. La mujer la había dado en adopción hacía muchos años.
Parece la descripción o el avance de una película de suspenso y misterio. Y lo es. Se puede ver en Netflix. Pero, detrás, hay una historia verdadera, un drama real. Cathy Terkanian, tuvo una hija - Alexis - a quien decidió no mantener. La entregó a un hogar de guarda y creyó que había tenido una vida nueva. Pero cuando se sometió a ese estudio de ADN, todo se modificó. El resultado no hizo más que disparar una desesperación absoluta en Cathy. La adolescente asesinada no era su hija. Entonces, vino una serie de preguntas aún más graves: ¿en dónde está su hija Alexis?, ¿está viva?, ¿qué se hizo de ella?
Comenzó una búsqueda intensa por todo el país para saber qué sucedió con su pequeña Alexis, a la que entregó cuando era un bebé. El drama de ambas mujeres fue tan duro, que inspiró un docudrama que puede verse en uno de los canales más famosos de "streaming". "Entre las llamas: la hija perdida", narra este crudo hecho de la vida real.
La vida de Cathy fue tan compleja que explica en parte las malas decisiones que tomó con su hija, aunque creyó que así le daría la oportunidad de una vida mejor. Su hogar fue un desastre, con un padre ausente - se fue del hogar cuando Cathy tenía unos pocos años. Pero su madre sufría de bipolaridad. Cathy no supo hasta que tuvo 18 años la verdadera historia de su padre. Para entonces, tenía 7 medio hermanos de relaciones ocasionales de su madre. Fue entonces que decidió cortar con esa vida e iniciar un nuevo camino... como la "chica gorila".
Comenzó a trabajar en un circo y allí conoció a Randy Badger, otro hito en su vida, que también dejaría una mal recuerdo. Randy se disfrazaba de gorila en un número del zoológico todas las noches. Como iniciaron una relación, lógicamente, ella se sumó al número como "la chica gorila". Se casaron y rápidamente, Cathy supo que estaba embarazada. Pero Randy no quería ser padre. No tuvo otro camino que dejarlo y regresar con su madre. Otra decepción, la más importante.
Cathy fue en busca de su madre y una abuela para su pequeña Alexis. Sin embargo, su madre estaba enferma de cáncer, sumado al trastorno bipolar, no estaba en condiciones de ayudar. Más bien, al contrario. Presionada y angustiada, Cathy hizo caso a los mayores de la familia y tomó una decisión durísima: dio en adopción a su pequeña hija. Pero entregó una carta con todos sus datos, para que algún día su hija, sin importar dónde ni cuando, pudiera volver a buscarla y reencontrarse.
Así pasaron los años de angustia y sin noticias. Solo supo que su hija tenía otra familia y otro nombre.
Supo que un matrimonio, formado por Dennis y Brenda Bowman, la adoptaron a los 16 meses, en 1975. Pensó que su hija estaría bien, pero ya no pudo parar: ahora, su nombre era Aundria Bowman. Quiso saber todo cuanto fuera posible sobre ella. Cathy conoció a Carl Koppelman, un contador quien además es detective aficionado que trabaja voluntariamente investigando en internet y coopera con las autoridades. Le pidió ayuda para hallar a su hija. Ni siquiera sabía si estaba viva.
Dennis Bowman, el padre adoptivo de Aundria (Alexis), tenía antecedentes criminales. Estuvo condenado por un abuso y pasó un tiempo en prisión. No quería eso para su hija. Bowman acumuló más condenas por abusos y intentos de asesinato. Cathy se convenció de que la misma suerte corrió su hija, a manos de su padre adoptivo. Y revisando las fotos satelitales de Google notó que entre fotos antiguas y modernas, había unos cambios en el jardín del fondo de la casa de Bowman. Cathy se convenció de que allí estaba su hija enterrada, pero no sabía como actuar. Hasta que llegó el momento justo.
Así se juntaron las vidas de Cathy y Bowman. Por los exámenes de ADN para cotejar si entre los cuerpos de las adolescentes muertas - a manos de Bowman, estaba el de su hija Alexis.
Diez años le tomó reclamar y pelear en la justicia para que investigaran su Cathy estaba en lo cierto desde tantos años. Hasta que en 2020, la justicia decidió hacer un nuevo análisis de ADN en otro cuerpo. Encontrado en el fondo de la casa de Bowman, allí donde Cathy notó esa variación en el terreno, analizando fotos de Google. Esta vez, la noticia fue dura, pero le dio una certeza a Cathy que tenía desde hacía años.
Ese cuerpo enterrado era el de su hija Alexis. Bowman siempre negó haberla matado. Siempre repetía que en un momento "Aundria" (el nombre que recibió en su familia adoptiva) robó un dinero familiar y se fue de la casa.
Bowman, acorralado por la justicia y la investigación de una madre con agallas, confesó el crimen finalmente: dijo que había sido un accidente, que la abofeteó y al caerse se rompió el cuello. Desmembró el cuerpo para meterlo en un contenedor y cuando se mudó de casa, lo llevó y lo enterró en ese fondo que Cathy pudo hallar con las imágenes satelitales.
Bowman recibió de 35 a 50 años por lo que le hizo a Alexis, que se sumaron a condenas por otros crímenes. La dura batalla de Cathy, siguiendo su intuición de madre, dio resultado, aunque el final fue tan triste. Más de 20 años después encontró a su hija, pero la habían asesinado.
Como dijimos al principio, este drama se transformó en un guion apetecible para las plataformas de streaming. Se puede ver buscándola como "Entre las llamas: la hija perdida".
En el avance dice: "El caso de mi hija no se quedó sin resolver. Nadie lo investigó". Pero Cathy sí lo hizo y 21 años más tarde logró llegar a la verdad.