Tras el retiro de las tropas rusas de Kiev, el mundo comienza a ser testigo de los resabios de la invasión rusa en Ucrania y los horrores que los soldados del Kremlin dejaron a su paso.
Tras el retiro de las tropas rusas de Kiev, el mundo comienza a ser testigo de los resabios de la invasión rusa en Ucrania y los horrores que los soldados del Kremlin dejaron a su paso.
En los últimos días, y luego del retorno del control ucraniano en Kiev, las imágenes de los cuerpos de cientos de personas en Bucha se viralizaron en las redes sociales y posteriormente en los medios de comunicación.
Entre todas las imágenes que dieron testimonio de la crueldad del avance ruso, hubo una fotografía que dio la vuelta al mundo: la mano de una mujer que yace sobre el pavimento de Bucha.
Anastasia Subacheva, maquilladora y tallerista ucraniana, reconoció la mano apenas divisó la foto en las redes sociales. En diálogo con CNN, explicó que la víctima se llamaba Ryna Filkina, tenía 53 años, era madre de dos hijas y planeaba comenzar una carrera como cosmetóloga este 2022.
Tras la invasión rusa a Ucrania, Filkina se quedó en el país mientras que sus hijas escaparon a Polonia. La última semana de febrero, la mujer se dedicó a brindar ayuda en un centro comercial de Bucha donde se juntaban los refugiados y las tropas ucranianas.
Una de las hijas de Filkina, Olga Shchyruk, reveló que su madre tuvo intenciones de escapar de la ciudad el 5 de marzo en uno de los autos que estaban evacuando a la gente pero que ante la falta de lugar decidió regresar a su casa en bicicleta.
Ese sábado fue el último contacto de Filkina con sus hijas. Pese a que la falta de respuesta a los llamados daba a entender que algo malo había sucedido, Shchyruk se negó a creer que su madre podría haber sido asesinada.
“Me imaginé que estaba escondida en un sótano, que vio a los ocupantes y se quedó en algún lugar para esperar”, aseguró la joven a CNN con la voz entrecortada. Sin embargo, tras la retirada de las tropas rusas de Kiev, las fotografías fueron elocuentes y apagaron la luz de esperanza.
Dos imágenes bastaron para identificar a la mujer que cariñosamente apodaban “mamá Ira”. El video de CNN enseñaba el cuerpo de una señora con una chaqueta azul y pantalones de color claro tirado junto a una bicicleta negra. Era Filkina, no había dudas.
La otra fotografía, de la agencia Reuters, es la que recorrió el mundo. Una mano curvada se asoma por la manga de una campera azul, con esmalte de uñas rojo cereza y un diseño de corazón en su dedo.
“Tenemos que darnos cuenta de que detrás de esta imagen de su mano se encuentra una gran mujer”, afirmó Subacheva, quien reconoció su trabajo de manicura en la imagen.
“Quiero que la imagen de su mano sea un símbolo de nuevos comienzos”, aseguró la hija de Filkina, y agregó: “Este símbolo les dice a los ocupantes que pueden hacernos cualquier cosa, pero no pueden quitarnos lo principal: el amor. El amor de las personas, que no tienen”.