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El tiempo no transcurre de la misma manera en todos los lugares. Depende de quién lo mida.
El espacio no es uniforme: se curva en la medida en que los objetos -como los planetas- ejercen una influencia sobre él.
La masa equivale a la energía, por lo que una pequeña cantidad, concentrada, es capaz de liberar una energía inimaginable.
¿Qué tiene que ver esto con nuestra vida diaria?
¿Por qué la ida de todos los días a un supermercado, por ejemplo, puede conectarse directamente con ese genio alemán perseguido por los nazis solo por ser judío? Aquí van algunas respuestas.
1. El GPS y la posibilidad de andar por la vida sin perderse
Parece una pavada, pero si podemos ir de un lugar a otro- en nuestro barrio o por el mundo - sin perdernos, es gracias a la fórmula de Einstein. O llegar a tiempo para trabajar, ir a la escuela o simplemente recorrer un museo en un viaje. También es vital para hablar por celular, usar WhatsApp, mirar lo que sea por streaming, cobrar sueldos y pagar cuentas. Todo gracias a la teoría de la relatividad.
Einstein comprobó que el tiempo transcurre de manera diferente según la velocidad a la que se viaje. Los satélites, irremplazables para la comunicación de la humanidad, orbitan a 20.200 km de altura, viajando a unos 14.000 km/h. A esa velocidad y distancia, van unos 7 microsegundos más lentos que el tiempo medido en la Tierra. La relatividad permite calcular el desfasaje que existe, por ejemplo, entre una distancia tomada entre dos puntos del planeta (según desde dónde se mida y a qué velocidad se desplace el objeto).
Si no tuviéramos esa capacidad para corregir el desfasaje, un GPS (Sistema de Posicionamiento Global) tendría un error entre el destino marcado y a donde realmente queremos ir de… ¡14 kilómetros!
Gracias a Einstein tenemos relojes atómicos con una precisión casi total, lo que permite saber, en nuestro celular, cuántas cuadras tenemos que caminar o cómo viajar de un lugar a otro. De lo contrario, necesitaríamos una memoria extraordinaria, una colección de brújulas o llevar una mapoteca encima.
Por suerte, con una simple pregunta al celular (o al GPS), no nos perdemos y llegamos a destino a tiempo. Gracias, Sr. Einstein.
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Hablar por WhatsApp, mandar mensajes, fotos o lo que sea. Derivados del ingenio de Albert Einstein. (Foto: A24.com)
2. WhatsApp, beneficio colateral de la relatividad
Esa red social, y todas las demás que nos permiten comunicarnos, son tan exitosas en parte por el punto anterior. WhatsApp necesita que los servidores estén sincronizados a nivel global para que los mensajes viajen correctamente de un punto del mundo a otro.
Todo Internet depende de relojes atómicos sincronizados, y los sistemas de telecomunicaciones - WhatsApp es solo uno de ellos - también usan satélites, que no pueden “errar” adónde, a quién y cuándo envían la información que escribimos en nuestras pantallas.
Sin la relatividad, no podríamos confiar en las ubicaciones que mandás (para encontrarte en una cita, por ejemplo) ni en los tiempos exactos de entrega de mensajes a través de continentes, algo clave, y mucho más durante la pandemia.
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El desarrollo de nanotecnologías, como el michrochip, posible gracias a la teoría de la relatividad de Einstein. (Foto: A24.com)
3. Los superconductores o microchips
Están presentes en todo, literalmente: juguetes, elementos del hogar, autos, computadoras, relojes, celulares, aviones… lo que sea.
Gracias a que Einstein demostró que una masa concentrada puede contener una enorme energía, los chips son cada vez más pequeños y pueden almacenar y transmitir cantidades extraordinarias de información.
Un solo ejemplo: la computadora que llevaba la cápsula del Apollo XI que llegó a la Luna tenía la capacidad de una Commodore 64. Mire su celular y compare cuántas más cosas puede hacer y cuán rápido. Los microchips están en celulares, pantallas, semáforos, sistemas de iluminación, reservas de vuelos, seguridad, etc.
4. Precisión absoluta en la transferencia de datos
Ni siquiera lo pensamos: lo damos por sentado, como el oxígeno. Pero gracias a la relatividad y la capacidad de corregir y mantener la precisión de las mediciones, se pueden pagar cosas, usar una tarjeta, transferir dinero o cobrar un sueldo.
Los sistemas bancarios y de transacciones necesitan esa precisión de tiempo y espacio para “mover” valores, aunque sea virtualmente. Cuando una empresa envía una señal para el pago de sueldos, debe llegar la cifra correcta, a cada empleado, en el momento exacto. Imagine - si es que no le pasó - qué sucede si alguno de esos tres elementos falla.
Lo mismo al pagar cuentas, comprar, cancelar deudas o cumplir con los impuestos: todo depende de esa curiosa relación entre tiempo y espacio que demostró Einstein.
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"Se rompió la pared". Gracias a la tecnología de más alto nivel, todos vimos a Di María desde el Maracaná hablar en directo con su familia por su celular. (Foto: Gentileza Marca)
5. Transmisiones por streaming y satelitales
Uno se sienta frente a la televisión tras un día de trabajo y tiene al mundo frente a sus ojos. Puede ver noticias, leer portales, mirar una película, un espectáculo o la final de la Copa del Mundo. Llega a su casa en directo -o reprogramado - sin esperas, cortes o desfasajes de audio y video.
Todo gracias a las correcciones que se hacen en nanosegundos con relojes atómicos y microchips. Aunque cueste entenderlo, conviene recordar: el tiempo y el espacio son variables según el observador, y la masa es igual a la energía. Así pudimos ver el momento en que Messi levantó la tercera copa mundial para Argentina, o a Di María, sentado en el Maracaná, diciéndole a su familia: “¡Se rompió la pared!”.
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La bomba atómica y su poder destructivo. Einstein lo hizo posible al igualar masa a la energía. (foto: Gentileza La Razón)
6. Energía nuclear (uso bélico)
Einstein, al demostrar que la masa es igual a la energía, abrió el camino para la investigación nuclear. Si un átomo de uranio o plutonio es bombardeado con neutrones, se produce una fisión nuclear. El núcleo se divide y, aunque es algo microscópico, reunido en grandes cantidades libera una energía impresionante.
Sabiendo que los nazis buscaban una bomba de ese tipo, Einstein envió una carta al presidente de EE.UU. instándolo a desarrollar primero la bomba atómica. Los norteamericanos la usaron en Hiroshima y Nagasaki. Al ver la devastación casi instantánea, Einstein se arrepintió toda su vida de esa carta. Hoy son 9 los países con armas atómicas: Irán busca ser el décimo. Pero hay usos mucho más valiosos.
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Las centrales de Atucha I y II. La energía nuclear aporta el 8% de la generación eléctrica del país. (Foto: Gentileza Atucha)
7. Energía para producir electricidad
Como el ser humano puede controlar la reacción en cadena nuclear, decide si usarla para destruir o para mejorar la calidad de vida. Con uranio enriquecido al 5%, se obtiene suficiente energía para abastecer ciudades enteras durante mucho tiempo.
En Argentina, aproximadamente el 8% de la energía proviene de centrales nucleares (Atucha I y II, y la central de Embalse, en Córdoba). Así, cuando prende una luz, mira televisión o abre la heladera, un 8% de esa energía viene, en alguna medida, gracias a la fórmula de Einstein.
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Medicina nuclear para el diagnóstico y tratamiento. (Foto: Gentileza BaseDoc)
8. Medicina: diagnóstico y tratamiento
El aporte de la energía nuclear a la medicina es invalorable. Permite detectar precozmente enfermedades como el cáncer y tratarlas eficazmente.
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Gammagrafía ósea: detecta metástasis en cáncer de mama o próstata antes que radiografías comunes.
SPECT cardíaco: diagnostica isquemia o infartos.
PET (Tomografía por Emisión de Positrones): usa radioisótopos como el Flúor-18 en glucosa (FDG) para detectar cáncer y evaluar quimioterapia.
Su precisión en imágenes muestra el corazón, cerebro o riñones en tiempo real, de un modo que ninguna tomografía o resonancia clásica logra.
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El telescopio Webb para explorar el cosmos. (Foto: NASA)
9. Observar y comprender el cosmos
Gracias a la tecnología desarrollada a partir de la relatividad, tenemos los mejores telescopios, como el observatorio en Chile o el Hubble primero y el Webb después, que nos permitieron ver el nacimiento y muerte de estrellas, agujeros negros y galaxias antes desconocidas. Una ventana al origen del universo y el Big Bang.
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El láser y la fibra óptica, vitales para la transmisión de datos. (Foto: Gentileza Shenzhen)
10. Láser y fibra óptica
En 1917 Einstein delineó los fundamentos del láser: la estimulación de luz genera una radiación que puede transportar información.
Así surgió la fibra óptica, que lleva datos -los que sean - de un punto a otro con enorme velocidad, calidad y precisión. Útil para la medicina, el envío de datos complejos o disfrutar de videojuegos.
En 1929, Einstein dijo: “La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación circunda el mundo”.
Gracias a su prodigiosa imaginación y capacidad, cambió nuestro universo para siempre. También nuestra vida diaria.