El documento revela que entre el 14,7% y el 22% del personal de salud consultado en 2020 presentó síntomas que permitían sospechar un episodio depresivo.
Según detalló la Organización Panamericana de la Salud (OPS) –el brazo regional de la OMS- en un comunicado, el estudio fue llevado a cabo por las universidades de Chile y Columbia en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Bolivia, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico, Venezuela y Uruguay.
¿Cuál es el principal desencadentante señalado por el estudio?
"La pandemia aumentó el estrés, la ansiedad y la depresión de los trabajadores de la salud y dejó al descubierto que los países no han desarrollado políticas específicas para proteger su salud mental", consideró Rubén Alvarado, investigador de la Universidad de Chile.
En algunos países solo recibieron atención psicológica cerca de un tercio de quienes dijeron necesitarla, añadió el comunicado.
"La pandemia evidenció el desgaste del personal de salud y en los países en los que el sistema de salud colapsó, el personal sufrió jornadas extenuantes y dilemas éticos que impactaron en su salud mental", afirmó el director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS, Anselm Hennis.
La salud mental del personal se vio afectada, entre otros motivos, por la necesidad de apoyo emocional y económico, la preocupación por la chance de contagiar a los familiares, los conflictos con los parientes de las personas afectadas y los cambios en las funciones laborales, señala el estudio.