La consigna "Black lives matter" ("la vida de los negros importan") potenció una serie de reclamos en la sociedad norteamericana que hicieron olvidar durante casi dos semanas el drama de la pandemia.
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La consigna "Black lives matter" ("la vida de los negros importan") potenció una serie de reclamos en la sociedad norteamericana que hicieron olvidar durante casi dos semanas el drama de la pandemia.
Las protestas comenzaron, especialmente, en Minneápolis, en donde George Floyd murió al ser detenido por la policía. Pero cuando el tema del racismo y la segregación se extendió por casi todo el país quedaron otros elementos. Desde las reformas a la policía y sus procedimientos, hasta reclamos directos ante la Casa Blanca y el Congreso de los Estados Unidos.
Pero en los últimos días, una nueva manera de protesta se extiende por el país, con algunas expresiones también en el exterior: la vandalización de monumentos o recuerdos a figuras de la historia que, ahora, son consideraos racistas, esclavistas o incluso genocidas.
En Richmond, los manifestantes derribaron la estatua del general confederado Williams Carter Wickham, una de las figuras de los esclavistas del sur durante la guerra civil de Estados Unidos (1861-1865).
En Boston, Massachusetts, apareció decapitada la estatua de Cristóbal Colón, considerado como un genocida durante el período de la conquista del continente americano.
Otra figura del navegante genovés, en Miami, fue vandalizada en el centro de la ciudad. Con pintura roja dejaron mensajes que decían “nuestras calles”, “Black Lives Matter” ("la vidas de los negros importan") y “George Floyd”.
En la ciudad de Richmond, en el estado de Virginia, derribaron una estatua del presidente confederado Jefferson Davis.
Bubba Wallace, el único piloto negro de NASCAR, pidió esta semana el destierro de la bandera confederada y dijo que no había “ningún lugar” para ellos en el deporte.
Ahora, la organización de esa categoría tradicional del automovilismo norteamericano decidió prohibir el ingreso del público con la bandera del bando esclavista en la guerra civil.
En este momento tan convulsionado socialmente para los Estados Unidos, la cuestión también tiene su eco en la clase política. La presidenta de la Cámara Baja de Estados Unidos, Nancy Pelosi, exigió que se retiren del Capitolio once estatuas de confederados que se oponían al fin de la esclavitud.
En la misma línea, el Cuerpo de Marines de las Fuerzas Armadas anunció la retirada de todas las banderas confederadas.
"Los acontecimientos actuales son un terco recordatorio de que no basta retirar los símbolos que provocan división, sino que debemos eliminar la división en sí misma", declaró el comandante de los marines, el general David H. Berger.
Thomas Lane, de 37 años, es uno de los cuatro policías imputados por la muerte de George Floyd. Estaba preso, pero pagó la fianza en efectivo de $ 750 000 y fue liberado de la cárcel del Condado de Hennepin.
Lane, de todos modos, sigue acusado por dos cargos que podrían llevarlo a cumplir una pena de 15 años de prisión.