Israel permitió brevemente que llegaran algunos camines con ayuda humanitaria. Otros envíos se lanzaron en paracaídas. Una enorme cantidad de personas desbordó cualquier intento por realizar una entrega ordenada de la comida.
Una muchedumbre de gazatíes, hombres, mujeres y niños, se avalanzan para conseguir alimento de los camiones de ayuda humanitaria. (Foto: Gentileza Daily Mail)
Hay videos estremecedores que circulan por las redes y en las páginas de las cadenas internacionales sobre la tremenda situación que vive la población civil de Gaza. Millones de personas esperan que, finalmente, Israel permita la llegada de ayuda humanitaria, que les permita, nada menos que comer.
Ante la presión internacional, el gobierno de Netanyahu dejó que llegaran camiones con ayuda y aviones lanzaron cargas de alimentos y medicamentos en paracaídas. Pero nada es suficiente y esta escasa ayuda provocó una imagen desgarradora. Miles de personas se volcaron a los camiones o sobre los bultos que cayeron del cielo. Desesperados por poder conseguir el más mínimo alimento para poder comer. Muchas personas llevan días sin poder hacerlo. Hasta los médicos y miembros de la prensa han declarado que trabajar en la Franja de Gaza es imposible porque, también ellos, pasan hambre.
Los camiones quedaron sepultados en montañas humanas que se agolparon a su paso para conseguir lo que fuera posible. El hambre de los gazatíes es tal, que es imposible pretender un reparto organizado de la ayuda. Lo que deriva en no pocas peleas que llevan hasta la muerte a muchas de las personas.
Netanyahu rechaza las protestas internacionales por el atroz aislamiento de los gazatíes. "No existe una política de hambruna en Gaza y no hay hambruna en Gaza", declaró el primer ministro israelí en una conferencia en Jerusalén mientras la ayuda comenzaba a llegar poco a poco al asediado enclave.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron ayer pausas limitadas en tres zonas pobladas de Gaza durante 10 horas al día, como parte de las medidas para abrir el flujo de ayuda. Pero nada alcanza.
Después de críticas de las ONG, las Naciones Unidas y países europeos, el gobierno de Israel aflojó un poco el cerrojo sobre el envío de ayuda humanitaria. Camiones monitoreados por la ONU pudieron ingresar a la Franja. Al mismo tiempo, aviones lanzaron enormes bultos de ayuda con alimentos. Pero nada alcanza. La desesperación de los gazatíes es tal que se abalanzan sobre cualquier elemento que se presupone, llega con comida.
Los camiones terminaron sepultados en mareas humanas de personas hambrientas. Y los bultos que cayeron en paracaídas fueron rodeados por las personas que los abrieron y se llevaron sacos de lo que hubiese, para poder comer en un sitio más apartado, para no ser asaltados.
Los videos "muestran a cientos de frenéticos habitantes de Gaza apiñados en los camiones de ayuda" mientras Israel detiene los combates en medio de una guerra de palabras sobre la "hambruna" y quién es el culpable.
El gobierno de Francia y las Naciones Unidas, entre otros, reclaman a Israel por esta situación límite que padecen más de dos millones de gazatíes. Benjamín Netanyahu responde diciendo que su país permite la ayuda humanitaria, pero los organismos como la ONU, la Cruz Roja y otras ONG no son capaces de entregar como corresponde el alimento y los medicamentos a la población.
Solo en algún sector de la Franja de Gaza, en la zona más próxima a la costa del Mediterráneo, se pudo hacer una entrega de costales de harina con orden. Pero las imágenes también son impactantes. Los edificios reducidos a ruinas o escombros.
El Mediterráneo, como un testigo tranquilo de los hechos. En el medio, una enorme fila de personas cargando sobre sus cabezas los sacos de harina. Casi como si fueran hormigas llegando el alimento a su hormiguero. Una fila interminable.
La "hambruna" sigue en la Franja de Gaza. También los ataques de Israel contra el remanente de Hamas. El debate sobre quién es el culpable de esta situación excede a los gazatíes, que se desesperan por poder comer.
