Supervivencia

Vivió más de 40 años en la selva y desconocía la existencia de mujeres: la historia de un "Tarzán de la vida real"

En 1972, un veterano vietnamita huyó a la jungla con su hijo de dos años. Después cuatro décadas, fueron encontrados y traídos de vuelta a la civilización. Sin embargo, ahí empezaron otros problemas: la vida en sociedad le demandó nuevas exigencias que no estaban acostumbrados.
Marcos Marini Rivera
por Marcos Marini Rivera |
Llegaron a vivir en la selva y dormían a cinco metros de altura: el objetivo era protegerse contra los animales salvajes que los rodeaban todos los días.

Llegaron a vivir en la selva y dormían a cinco metros de altura: el objetivo era protegerse contra los animales salvajes que los rodeaban todos los días.

Fue el verdadero Tarzán de la vida real. Creció y se educó en medio de la selva. Una historia de vida única y sorprendente. El protagonista fue Ho Van Lang, el hombre que estuvo más de 40 años en la selva vietnamita junto a su padre. En esa geografía casi no tuvo contacto con otros humanos. Y lo más sorprendente, el joven hasta desconocía la existencia de mujeres. Otra historia de resistencia en soledad, una historia que pone a prueba la capacidad de adaptación del ser humano. O como el soldado que vivió 27 años escondido en la selva.

Su padre, Ho Van Thanh, fue un veterano del ejército vietnamita y huyó de su pequeña aldea de Tra Kem. En 1972, decidió refugiarse en la jungla y lo hizo acompañado de su hijo Lang, de apenas dos años.

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Ho Van Lang se refugió en la selva durante la Guerra de Vietnam.

Ho Van Lang se refugió en la selva durante la Guerra de Vietnam.

El día que una bomba estadounidense mató a su esposa y a sus otros dos hijos, se convenció de que que debía ir a un lugar más seguro. El tenía derecho a crear su propio refugio para estar en paz. Por eso, el padre se instaló en la selva con el objetivo de huir de la guerra y recién restablecieron el contacto con la sociedad en 2013, después de una extensa búsqueda. Una vez descubiertos, comenzó una nueva vida. Los dos fueron llevados hasta una aldea para proporcionar ayuda médica al padre, que se encontraba con grandes problemas de salud.

Fue el inicio del horror. Lang supo de inmediato que la vida civilizada comenzaba a tener otras complicaciones. A pesar de llevar un estilo de vida lo más “normal” posible, algunos médicos que lo atendieron creyeron que el estrés y la mala alimentación del mundo civilizado tuvieron un efecto perjudicial en su salud.

La supervivencia en la selva durante los 42 años

Durante sus años en la selva, la dieta de Lang incluía una variedad de frutas, verduras, miel y una variedad de carnes. Pero la alimentación también incluyó animales. Desde monos, ratas, serpientes, lagartijas, ranas, murciélagos, pájaros y peces.

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Ho Van Lang al momento de ser rescatado.

Ho Van Lang al momento de ser rescatado.

Una vez en el mundo civilizado y lejos de la selva, empezó a comer alimentos procesados y a tomar bebidas alcohólicas en exceso. Todos esos comportamientos tuvieron consecuencias fatales para Lang, ya que falleció cuando tenía 52 años. Su muerte ocurrió ocho años después de insertarse a la civilización. En mayo de este año, trascendió que Lang tenía un cáncer de hígado, que ya estaba en una etapa muy avanzado. Los médicos dijeron que era letal y no era posible una intervención quirúrgica. El 13 de septiembre de 2021 murió, fue ocho años después de regresar a la civilización.

Una búsqueda que comenzó en 1994 y la denuncia que les modificó el plan

En 1994, un campesino se encontraba buscando madera en la selva y al levantar la vista vio a dos personas que corrían entre la maleza. De inmediato, el campesino fue a informar a la gente del pueblo y Ho Van Tri, que es el hijo menor de la familia y hermano de Lang, se puso feliz al saber que seguramente se trataba de su padre y de su hermano. Sin embargo, la decepción de Tri se apoderó cuando descubrió que al llegar a la casa, todo estaba deshabitado. Lang y su padre huyeron cuando los vieron llegar. Y así se acostumbraron a vivir, tenían una gran habilidad para escapar cuando se sentían acorralados. El miedo de ser descubiertos los persiguió para siempre.

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El día que los encontraron, el padre respiraba con mucha dificultad. Además, no podía hablar.

El día que los encontraron, el padre respiraba con mucha dificultad. Además, no podía hablar.

Lang y su padre siempre vistieron taparrabos hechos con corteza de árbol y vivieron en chozas de madera. Su hogar estaba construido a cinco metros del suelo hasta que unos recolectores de leña de la zona los vieron y denunciaron a la policía. El argumento fue que veían desde hace unos días a “dos hombres de la selva”.

El año que todo cambió y fin a la vida en la selva

Los policías ya estaban alertados y armaron un equipo para rastrearlos, hasta que finalmente pudieron encontrarlos. Era agosto de 2013. Fue el hermano mayor de Lang, Ho Van Tri, el que los convenció de regresar a la civilización. El argumento principal fue que la salud de su padre ya se estaba deteriorando y requería de una consulta con los médicos de manera urgente.

El día que los encontraron, el padre respiraba con mucha dificultad. Además, no podía hablar. Y cuando lo hacía, era en la lengua minoritaria Cor. El hijo sabía unas pocas palabras. De inmediato, padre e hijo tuvieron que someterse a estudios médicos antes de volver a la sociedad. Allí siguieron conviviendo en la misma casa familiar. Fue hasta 2017 cuando el padre murió. Y esos primeros años fueron los más difíciles para Lang. Sumado a la tristeza por el fallecimiento de su padre, se le sumaron problemas de salud derivados de un virus y una bacteria nuevos en su sistema inmune.

Las opiniones de su hermano y su amigo

Álvaro Cerezo fue un aventurero que se dedicó a conocerlos y convivir un tiempo con ellos para luego poder plasmar toda esa experiencia. “En sus primeros 42 años de vida, Lang nunca supo de la existencia del sexo femenino ya que el padre siempre se lo ocultó. Pero lo más sorprendente es que hoy en día, pudiendo ya distinguir entre un hombre de una mujer, todavía desconoce la diferencia esencial entre ellos”, relató Cerezo. Además, detalló también que siempre le costó diferenciar entre hombres y mujeres. “Puedo confirmar que Lang nunca tuvo el mínimo deseo sexual”, dijo.

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Tri, el hermano de Lang, lo describió como un “bebé en un cuerpo de hombre”.

Tri, el hermano de Lang, lo describió como un “bebé en un cuerpo de hombre”.

"Un bebé en un cuerpo de hombre"

Tri, el hermano de Lang, no dudó en describirlo como un “bebé en un cuerpo de hombre”. Y agregó: “Lang pasó toda su vida en la selva. Así que su cerebro es como el de un bebé. Si le pidiera a Lang que golpeara a alguien, lo haría severamente. No conoce la diferencia entre el bien y el mal. Lang es sólo un niño. La mayoría de la gente sabe lo que es bueno o malo en la vida, pero mi hermano no. Si le pidiera a Lang que apuñalara a alguien con un cuchillo, lo haría sin pensar y esa persona podría morir”, explicó su hermano.

Cerezo explicó años atrás que Lang se quedó desconcertado por el estilo de vida contemporáneo y los inventos de la vida moderna. “Por la noche, estaba completamente asombrado por la luz que provenía de las bombillas. Y justo después de eso vio una televisión por primera vez, algo de lo que su padre también le había hablado cuando era joven. Sabía que las personas que aparecían en la televisión no estaban dentro de la caja”, reconoció.

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Después de 40 años en la selva, la vida en sociedad le demandó exigencias que no estaba acostumbrado.

Después de 40 años en la selva, la vida en sociedad le demandó exigencias que no estaba acostumbrado.

Los rigurosos cambios a la vida real que le costaron la vida

La vida en sociedad le demandó exigencias que no estaba acostumbrado. Eso le costó más que los 40 años en contacto con plena naturaleza y todo eso entristeció a Lang.

Cerezo, que conoció por completo a Lang, viajó con él a la jungla y allí vivió una semana. Sobre esa experiencia, afirmó: “Después de pasar menos de un día con él, me di cuenta de que era una de las personas más entrañables que he conocido. La conexión entre nosotros fue inmediata porque Lang nunca imaginó que alguien estaría interesado en sus habilidades de supervivencia, y estaba muy feliz de mostrármelas todas".

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Cazaba y buscaba fruta de los cultivos cercanos para mantenerse con vida.

Cazaba y buscaba fruta de los cultivos cercanos para mantenerse con vida.

“Dos años después de que regresara a la civilización, fui a buscar a Ho Van Lang en su aldea para ver si me enseñaba algunas técnicas de supervivencia nuevas que pudiera aplicar en las islas desiertas”, dijo Cerezo y agregó: “Era un niño pequeño con las habilidades de un superhumano”.

Cerezo y Lang pasaron una semana viviendo en su casa en la jungla de la misma manera que lo había hecho durante las últimas cuatro décadas. "Era la persona más fascinante que conocí y extremadamente dulce al mismo tiempo. Cuando sobrevivíamos juntos en la jungla, todo lo que me tomaría horas lograrlo, él lo pudo hacer en segundos. Era un ser humano hermoso, olvidarlo será imposible, lo extrañaré todos los días. Pero no me gustó verlo viviendo en la civilización. Siempre me preocupó que él y su cuerpo no pudieran manejar un cambio tan drástico”, dijo su gran amigo.

Así fue la vida del hombre que se hizo famoso por ser "el Tarzán de la vida real", el que jamás encontró las herramientas para adaptarse al mundo moderno.