Su mensaje era claro y directo. Reclamaba que el municipio hiciera su trabajo: podar los árboles, limpiar el predio, cuidar a los vecinos. Nada de eso ocurrió. La caída de la rama que terminó con su vida no fue una fatalidad imprevisible, sino una consecuencia directa de la inacción.
Una comunidad que llora y exige respuestas
La indignación en el barrio es total. Vecinos, amigos y familiares de José Quiroz compartieron mensajes de dolor y bronca en redes sociales. El grupo “Yo vivo en San Martín” fue el espacio donde más se viralizó el video de denuncia previo al hecho y las imágenes posteriores a la caída del árbol.
Las publicaciones se llenaron de comentarios que exigen justicia y apuntan a la desidia de las autoridades municipales. “Lo dejó dicho, lo dijo claro. Nadie hizo nada”, escribió una vecina. Otro agregó: “Esto se pudo evitar, ahora no sirve de nada lamentarse”.
El reclamo político y la intimación al municipio
El caso no quedó solo en la indignación social. El concejal Andrés Petrillo presentó un pedido de informes en el Concejo Deliberante de San Martín, exigiendo explicaciones formales al municipio. “José había advertido en varias oportunidades sobre la caída de ramas en ese lugar. Esto no es un accidente, es una negligencia”, expresó.
Petrillo remarcó que, según la información disponible, existía un informe técnico con recomendaciones sobre el mantenimiento del arbolado en el predio del museo, pero que no se habrían tomado medidas concretas. De ser así, podría tratarse de una responsabilidad institucional directa. El pedido de informes también solicita saber si hubo inspecciones previas, trabajos de poda o medidas preventivas.
El rol del municipio bajo la lupa
Por ahora, el municipio de San Martín no emitió un comunicado oficial sobre el caso. Fuentes internas aseguran que se está elaborando un informe técnico para responder al pedido del Concejo Deliberante. Sin embargo, los vecinos denuncian que los reclamos por el estado del arbolado son frecuentes y que las tareas de mantenimiento son insuficientes o inexistentes.
Este hecho vuelve a poner sobre la mesa una discusión que se repite en muchas ciudades: ¿quién se hace cargo del arbolado urbano? ¿Quién responde ante la caída de un árbol no podado? ¿Cuántas veces más deberán morir personas para que se actúe?
Un hombre solidario, una muerte evitable
José Quiroz no era solo un vecino preocupado. Era un hombre comprometido con su comunidad. El día de su muerte alimentaba a un perro callejero, como hacía habitualmente. Su gesto solidario terminó en tragedia por la irresponsabilidad ajena.
Los videos, tanto el de su denuncia como los registrados luego del hecho, circulan por redes sociales y medios de comunicación. La imagen de José se convirtió en símbolo de una realidad evitada por las autoridades: las veredas en mal estado, los árboles sin control, la basura acumulada. Un retrato que no debería pertenecer a una ciudad moderna.
Una historia que puede repetirse
El caso de José no es el primero, y si no se actúa, tampoco será el último. En años anteriores hubo otras víctimas por caídas de árboles o ramas en diferentes municipios del conurbano. La falta de planificación urbana, el deterioro del espacio público y la inacción frente a las denuncias ciudadanas son factores que se repiten.
Expertos en seguridad urbana aseguran que el mantenimiento del arbolado debe ser una política pública constante. No basta con reaccionar ante las tragedias: la prevención es la única respuesta efectiva.