El exjugador del Schalke 04, de 35 años, está acusado por presunto fraude millonario. La Fiscalía está convencida de que el congoleño fingió su propia muerte hace cuatro años para que la compañía de seguros de vida le pagara 1.2 millones de euros.
En aquel entonces, la indemnización fue entregada a la mujer del acusado, tras un examen exhaustivo de los hechos por parte de la aseguradora. Debido a su presunta participación en el fraude, la mujer de 41 años deberá responder también ante el tribunal.
Según la acusación, la pareja contrató un seguro de vida en 2015. Al principio, parece que insistieron en que la póliza ascendiera a cuatro millones de euros. Sin embargo, cuando la compañía lo rechazó por considerarlo un "sobreseguro", se llegó a un acuerdo para fijar la cantidad en 1.2 millones de euros.
En enero de 2016, Kamba viajó a Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, de donde es originario. Poco más tarde, amigos y compañeros recibieron la triste noticia de que el futbolista "había muerto" en un accidente automovilístico.
Sin embargo, la cruel mentira se desmonoró cuando el exfutbolista reapareció repentinamente en mayo de 2020. Le contó a la embajada alemana en Kinshasa que había sido secuestrado y retenido por desconocidos durante mucho tiempo, y que no quería saber nada del hecho de que su mujer hubiera cobrado el dinero del seguro.
Durante el juicio, el acusado ha asegurado que no quiere decir nada más ante el tribunal, ni sobre las extrañas circunstancias de su desaparición ni sobre la relación con su mujer y ni sobre si también se benefició del dinero cobrado del seguro de vida. La esposa, también acusada, no quiso hacer declaraciones en el primer día del juicio.
El abogado defensor de Kamba argumentó que no tenía nada que reprocharse. "Estaba conmocionada cuando recibió la noticia de la muerte de su marido. Y se sintió igual de conmovida cuando apareció vivo años después", explicó. Para antes de fin de año se espera el veredicto.