"Yo estaba en México, me llamó la madre y me dijo que estaba enfermo. Me tomé el primer avión que pude y cuando llegué a Buenos Aires ya estaba internado. Pasó ese año, no quiero entrar en muchos detalles, pero ahora está muy bien", explicó Sebastián, que en otro tramo de la charla habló de la importancia de registrarse como donante de médula.
"Fue un año duro, se curó de algo muy jodido. Es una bendición. Vos muchas veces pensás 'por qué le pasó esto a mi hijo' y le pudo haber pasado algo mucho peor. Él se pudo curar, no hay otra manera de mirarlo. No podés vivir lamentándote. Cuando vos ves que él pelea con todo, no te queda otra que acompañarlo, mi hijo es una fiera y hay que acompañarlo", expresó el Gallego.
Méndez estaba dirigiendo al Tijuana cuando viajó a Buenos Aires para acompañar a su hijo y, según contó, la última internación duró "un mes y pico" y se dio en medio del Mundial de Qatar.
Así lo contó el Gallego, emocionando a todos en el piso de ESPN: "Me encantó lo de Argentina, lo viví con él, fue genial. Cuando debutó contra Arabia Saudita estaba internado en la Favaloro, y el Mundial lo terminamos viendo en la casa de la madre, con él. La felicidad... ¿Sabés lo lindo que fue verlo a él gritando 'dale campeón'? Si te emociona a vos, viendo a los jugadores. Para mí este fue el mejor Mundial, pero por él no por otra cosa. Y si perdíamos la final lo iba a festejar igual, no me importaba nada".
"Dentro mío yo pensaba que los jugadores de la Selección le habían dado un regalo a él", agregó el entrenador. "Era un remedio ver la Selección", coincidió Méndez con el Pollo Vignolo, conductor del ciclo. Y completó: "Si los jugadores supieran las historias que hay detrás de ellos, las alegrías que le dan a la gente...".