Con su regalo, Rojas fue en bicicleta hasta la casa del capitán de la Selección Argentina y, para su sorpresa, Antonela Roccuzzo lo recibió. Sin embargo, la alegría en ese momento no fue completa, porque Messi no estaba en su casa.
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No conforme, Matías Rojas regresó y, finalmente, pudo conocer al astro argentino. Lo saludó, lo abrazó, se tomó fotos con él y hasta le hizo ver un video de unos niños de Salavina que había grabado especialmente para el 10.
Sin embargo, eso no fue todo: según contó Rojas, un seguridad personal de Lío le pidió que cuidara la casa del futbolista mientras se iba a la esquina a hacer algo que el peluquero desconocía. Por ese insólito motivo, Matías fue, por un rato, custodio de la vivienda de uno de los jugadores más importantes de la historia.