La historia de Sadio Mané
Mané nació en Bambali, ciudad senegalesa a 400 kilómetros de Dakar, la capital de su país natal, y jamás dejó atrás su pasado como niño y adolescente, donde buscaba pomelos para jugar a la pelota en los potreros de su barrio.
“¿Para qué quiero diez coches Ferrari, veinte relojes con diamantes y dos aviones? ¿Qué harán estos objetos por mí y por el mundo? Yo pasé hambre, trabajé en el campo, jugué descalzo y no fui al colegio. Hoy puedo ayudar a la gente. Prefiero construir escuelas y dar comida o ropa a la gente pobre”, dijo en la televisión de su país.
Mané jugando en su ciudad natal
En junio del año pasado donó 693.000 dólares para construir un hospital en su pueblo. La ciudad, de poco más de 17.000 habitantes, no contaba con un centro asistencial y ahora recibe pacientes de 34 aldeas cercanas. Cuando tenía 7 años su papá murió de una enfermedad de la que pudo haberse curado de haber existido el hospital.
En 2019 el delantero donó alrededor de 350.000 dólares para construir una escuela, y el año anterior regaló 300 camisetas del Liverpool para que los hinchas pudieran usarlas durante la final de la Liga de Campeones, que finalmente su equipo perdió con Real Madrid por 3 a 1.
Además, donó notebooks en la escuela del pueblo, y construyó una estación de servicios y la oficina de correos. También envía 70 euros por mes a las familias del barrio donde nació para ayudar a sus antiguos vecinos que viven en la pobreza.
Desde abril de 2018 Mané también colabora con un programa de prevención del VIH en Malawi. La enfermedad afecta especialmente a África. Dos tercios de los infectados, es decir unas 22,5 millones de personas, viven en el Africa Subsahariana.