“La Enramada va a funcionar como un lugar en conjunto para hacer medios. Después cada uno va a tener su propio centro, en donde incluso van a recibir a la prensa por separado mientras esperan los resultados”, explicó una fuente al tanto de la logística.
Las negociaciones por el búnker en conjunto llevaron al menos dos semanas después de que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, le pidió a Santilli que mande una muestra de unidad. “Rodríguez Larreta quiere a todo costo esa foto y Santilli obró en consecuencia”, explicaron.
Es por eso que primero el exvicejefe aceptó ir al Hotel Brizo a mostrarse con su rival en la interna, algo que comunicó por redes, y luego empezó a negociar la posibilidad de que ambos compartieran un mismo lugar.
Ahí es cuando se dieron cuenta de que el Brizo quedaría chico para recibir a los dos precandidatos, pero desde el entorno de Manes tampoco querían ceder todo e ir a un “búnker muy amarillo”, como lo definieron. Por eso se optaron por el salón La Enramada, el lugar que solía elegir la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, para hacer sus gabinetes ampliados.