Historias

Alfredino Rampi: el niño italiano que cayó a un pozo y conmocionó al mundo

El rescate, que terminó en tragedia, mantuvo en vilo al país y a la prensa internacional durante días. Sucedió hace 40 años en Roma.
Ayelén Bonino
por Ayelén Bonino |
Alfredo Rampi. 

Alfredo Rampi. 

El 10 de junio de 1981 Ferdinando Rampi salió a pasear por un campo del pueblo Vermicino, en Roma, junto a dos amigos y su hijo Alfredino Rampi, de seis años. La familia estaba de vacaciones y tenía una casa por la zona. Ese día, alrededor de las 19, el pequeño le preguntó a su padre si podía regresar solo por un sendero que todos conocían.

Una hora más tarde, Ferdinando arribó a la vivienda y se sorprendió al notar que Alfredino Rampi no había llegado. Con su mujer y los presentes comenzaron a buscarlo con desesperación. Cerca de las 21, llamaron a la policía y en pocos minutos decenas de oficiales con perros, bomberos y vecinos se sumaron al rastrillaje.

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Los rescatistas. Fuente: nevsedoma.com.ua

Los rescatistas. Fuente: nevsedoma.com.ua

Fue la abuela de la familia quien advirtió que al lado de la casa se estaba construyendo un pozo artesiano. Al llegar, los oficiales notaron que el agujero estaba cubierto con una chapa. Imposible que el chico hubiera caído por ahí.

La búsqueda continuó durante horas, hasta que el oficial Giorgio Serrenti volvió al hueco y creyó oír un lamento. Agudizó el oído y efectivamente escuchó al niño gritar. Más tarde, se supo que el dueño del terreno, llamado Amedeo Pisegna, había puesto la chapa esa noche cerca de las 21, sin imaginar que Alfredino había caído dentro. El hombre fue detenido por homicidio involuntario.

Cómo fue el rescate de Alfredino Rampi

El pozo tenía una entrada de 28 centímetros de diámetro y paredes irregulares. Los oficiales alumbraron hacia adentro y calcularon que el nene estaba a unos 36 metros. Bajaron una tabla de madera para que se sujetara, pero el primer intento de rescate fue en vano. El objeto se atascó a los 24 metros, la cuerda que lo sujetaba se rompió y el agujero quedó obstruido.

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El pozo donde cayó Alfredo Rampi. Fuente: nevsedoma.com.ua

El pozo donde cayó Alfredo Rampi. Fuente: nevsedoma.com.ua

En horas de la madrugada, arribó un equipo militar especializado en emergencias de montaña y dos hombres de porte delgado se turnaron para bajar e intentar alcanzar la madera. Mientras tanto, los rescatistas descendieron un micrófono y lograron la primera comunicación con un megáfono desde afuera.

En este marco, se comenzó a dotar de oxígeno a la cavidad, pero la situación se agravaba porque Alfredino padecía una enfermedad cardíaca congénita. Se decidió, entonces, cavar un túnel paralelo para llegar al chico, una tarea compleja ya que el suelo del terreno estaba compuesto por granito.

Alfredino Rampi y un pozo sin fin

La primera máquina comenzó a excavar el 11 de junio a las 8 de la mañana, pero una capa de material duro le impidió seguir. Una segunda perforadora entró en acción por la tarde y a la noche se sumó una tercera. El proceso era lento y los técnicos calculaban un trabajo de 12 horas hasta llegar al niño.

Durante la mañana siguiente, los rescatistas empezaron a cavar el túnel horizontal de conexión, pero la máquina quedó bloqueada y los bomberos debieron seguir a mano. La tensión aumentó luego de que los médicos abocados a monitorear al pequeño notaron que su respiración empeoraba.

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Cientos de personas se agolparon para ayudar en el rescate. Fuente: nevsedoma.com.ua

Cientos de personas se agolparon para ayudar en el rescate. Fuente: nevsedoma.com.ua

Para ese entonces, el rescate se había transformado en la noticia central de los medios del país. Según cálculos de la cadena RAI, unos 28 millones de televidentes se pegaron a sus pantallas para seguir las transmisiones en vivo. El caso también desembarcó en la prensa internacional y la zona se llenó de periodistas y curiosos que, sin precinto, se apostaron alrededor del pozo en una escena de caos. Como si fuera poco, también se hizo presente el entonces presidente de Italia, Sandro Pertini.

Por la tarde del 12 de junio, el proceso de conexión fue terminado en una profundidad de 34 metros, pero las circunstancias parecían no favorecer a Alfredino. Con Horror, los rescatistas descubrieron que el chico no estaba en el punto que habían calculado. Las vibraciones del suelo habían hecho que se deslizara más abajo. Se dieron cuenta, además, que el pozo alcanzaba unos 60 metros de profundidad.

La peor noticia

En medio de un clima de pesar, se habilitó un nuevo descenso de voluntarios. Uno de ellos, Angelo Licheri logró bajar colgado de cabeza y durante 45 minutos buscó ponerle al nene un arnés, pero el cuerpito se soltó y cayó todavía más profundo.

Otro de los voluntarios, Donato Caruso también intentó sujetarlo sin éxito. Después de largos minutos de tensión, el hombre volvió a la superficie y reportó la noticia que nadie quería escuchar. Alfredino parecía estar muerto. Según consignan los medios italianos, en la mañana del 13 de junio se introdujo un estetoscopio para registrar los latidos de su corazón, pero el silencio era absoluto.

Durante la tarde de ese mismo día, también se bajó una cámara que capturó la silueta del pequeño. Su mamá intentó con desesperación comunicarse con él, pero ya no había esperanza. Se declaró su muerte y un juez hizo sumergir gas refrigerante para preservar el cuerpo.

Los rescatistas tardaron un mes en sacar a Alfredo Rampi del pozo de 60 metros donde había caído. El funeral se realizó el 17 de julio de 1981 en la Basílica de San Lorenzo. En medio de una multitud, el ataúd fue llevado por los voluntarios que habían intentado salvarlo.