En cuanto a la menor, Iris Zendaya Uhart, el equipo forense determinó que la causa de muerte fue un traumatismo de cráneo severo, producto de un golpe contundente. La lesión derivó en una falla neurológica aguda, incompatible con la vida.
Ambos cuerpos se encontraban dentro de una habitación cerrada por dentro, lo que desde el primer momento orientó la investigación hacia la hipótesis de un doble homicidio seguido de suicidio.
Miguel Ángel Romero, de 40 años, fue hallado colgado del picaporte de la misma habitación. Tenía además una herida cortopunzante en el pecho y presentaba signos de autolesión. Su cuerpo bloqueaba parcialmente el acceso a la escena. La posición en la que fue encontrado y los elementos hallados en la casa fueron clave para descartar otras intervenciones.
Cómo fue el hallazgo y qué pruebas se encontraron
El hallazgo se produjo el jueves por la tarde en el establecimiento rural El Rincón del 18, ubicado a unos 40 kilómetros de la ciudad de Olavarría. Romero no se presentó a trabajar, y su ausencia alertó a un compañero, quien decidió acercarse a la vivienda. Al ingresar, encontró los tres cuerpos y dio aviso a la Policía.
La escena fue preservada y analizada por la Policía Científica, el Comando de Prevención Rural y autoridades judiciales. En el lugar, se secuestraron un cuchillo, tres teléfonos celulares y la mencionada faja pampa, que habría sido utilizada como arma para cometer el femicidio.
La investigación quedó a cargo de la fiscal Mariela Viceconte, de la UFI N° 5 de Olavarría, especializada en violencia de género. También intervino el fiscal Christian Urlézaga y el Juzgado de Garantías N°2, a cargo de Carlos Villamarín.
Un crimen sin testigos y con un desenlace brutal
Según fuentes de la causa, los crímenes habrían ocurrido la tarde del miércoles, unas 17 horas antes del hallazgo. La autopsia permitió establecer una ventana temporal coincidente con la hipótesis inicial.
La habitación donde fueron encontrados los cuerpos estaba cerrada por dentro, con la llave colocada del lado interno de la puerta, lo que refuerza la teoría del crimen autoinfligido.
Romero habría sorprendido a Contreras desde atrás, la asfixió y luego atacó a la niña. Según los forenses, los cuerpos fueron “acomodados” por el atacante antes de suicidarse.
Una versión indica que la mujer estaba abrazando a su hija al momento del ataque. Esta posición, junto a la distribución final de los cuerpos, es materia de análisis en el marco de la reconstrucción de los hechos.
Movilización por Daiana Soledad e Iris en Olavarría.jfif
Movilización por el femicidio de Daiana Soledad Contreras y el de su hija Iris Uhart de 4 años, quienes fueron asesinadas en un establecimiento rural.
Antecedentes de violencia y un contexto de vulnerabilidad
De acuerdo con medios locales como En Línea Noticias, Daiana Contreras había denunciado previamente situaciones de violencia, tanto contra otras parejas como con su propia hija. Las denuncias fueron radicadas en Bolívar, localidad donde residía antes de mudarse a Olavarría.
Romero, oriundo de Corrientes, no registraba antecedentes penales ni denuncias previas por violencia, aunque el vínculo con Daiana era reciente. Se habían mudado al campo hacía solo un mes, y según testigos, la relación parecía haber comenzado en Arboledas, partido de Daireaux.
El caso fue caratulado como “femicidio seguido de suicidio en contexto de violencia familiar y de género”. La fiscalía evalúa si las denuncias previas realizadas por la víctima podrían haber servido como señal de alerta, aunque no existían medidas judiciales vigentes.
Un crimen que expone otras fallas del sistema
El crimen ocurrió apenas horas después de que renunciara la directora de Mujeres, Géneros y Diversidad de Olavarría, Patricia Pérez, en medio de denuncias por presuntos casos de violencia laboral dentro de esa dependencia municipal.
En ese contexto, el doble femicidio y suicidio visibiliza nuevamente la falta de recursos efectivos para la detección temprana de vínculos violentos, especialmente en zonas rurales o alejadas de los centros urbanos.
El velorio de la niña se realizó en la sede de la Cooperativa Eléctrica local, y luego sus restos fueron inhumados en el cementerio municipal. Por su parte, aún no trascendió qué ocurrirá con los restos del femicida.
¿Qué sigue en la investigación?
Aunque las autopsias despejaron varias dudas y reforzaron la hipótesis de los investigadores, aún restan analizar en profundidad los teléfonos celulares secuestrados en la escena, lo que podría aportar información sobre los días previos al crimen y el estado emocional del atacante.
También está pendiente el resultado toxicológico de las tres víctimas, que podría confirmar o descartar la presencia de sustancias en el organismo. Los datos serán incorporados al expediente que se instruye en la UFI N° 5 de Olavarría.