HOMICIDIOS

El resultado de la autopsia reveló quién mató a toda la familia de Villa Crespo

Los primeros indicios hablaban de un hecho sangriento y premeditado, pero fue recién con el avance de la autopsia que los investigadores lograron confirmar una hipótesis tan desgarradora como perturbadora.

El resultado de la autopsia reveló quién mató a toda la familia de Villa Crespo

El resultado de la autopsia reveló quién mató a toda la familia de Villa Crespo

El barrio porteño de Villa Crespo amaneció conmocionado tras conocerse el hallazgo sin vida de una familia entera dentro de su propia vivienda. Los primeros indicios hablaban de un hecho sangriento y premeditado, pero fue recién con el avance de la autopsia que los investigadores lograron confirmar una hipótesis tan desgarradora como perturbadora: la madre, Laura Leguizamón, fue la autora del crimen que terminó con la vida de su esposo y sus dos hijos.

Autopsias reveladoras y un rastro de violencia familiar

Los cuerpos fueron encontrados en diferentes ambientes de la vivienda ubicada sobre la calle Vera. La escena, según los primeros en llegar, resultaba escalofriante. Los cuerpos del padre y los dos hijos, de 12 y 15 años respectivamente, presentaban múltiples heridas cortopunzantes. La mujer, en cambio, yacía con lesiones en el pecho que resultaron ser autoinfligidas, en lo que aparenta ser un suicidio posterior al crimen.

La autopsia practicada al cuerpo de Laura Leguizamón arrojó un dato relevante: una marca en el cuello, similar a un rasguño o la presión de una uña, indicaría un intento de defensa por parte de una de las víctimas. La hipótesis más fuerte es que uno de sus hijos intentó defenderse, dejando ese rastro en su madre. Para confirmar esta posibilidad, se ordenó un cotejo de ADN que pueda determinar con exactitud el origen de la marca.

Por su parte, el cuerpo del esposo presentaba tres heridas cortopunzantes, mientras que los menores de edad fueron atacados con mayor violencia: la cantidad de heridas en sus cuerpos es significativamente mayor y revela una crueldad que estremece incluso a los peritos forenses.

Evidencias clave: dos cuchillos, una carta y un medicamento psiquiátrico

La escena del crimen fue minuciosamente revisada por los peritos criminalísticos. En el lugar, se secuestraron dos armas blancas, presuntamente utilizadas en los asesinatos. Además, se encontró un objeto que puede ser clave en el esclarecimiento total de los hechos: una carta escrita en una hoja A4 manchada con sangre.

Este documento, según confirmaron fuentes judiciales, fue redactado por la propia Leguizamón. En su interior, incluía un “garabato” que reproducía el patrón de desbloqueo del teléfono celular de la mujer, un detalle que podría ser decisivo para acceder a su dispositivo sin vulnerar protocolos legales. El contenido textual de la carta aún no ha sido revelado oficialmente, pero se presume que podría tratarse de una especie de nota de despedida o confesión.

Junto a la carta, también fue incautada una lapicera que habría sido utilizada para escribirla. Aunque a simple vista se trate de un objeto trivial, su análisis podría revelar si fue manipulada por otras personas o si contiene rastros que contradigan o refuercen la hipótesis del suicidio.

En el mismo domicilio se halló además un frasco de Olanzapina, un potente medicamento antipsicótico utilizado para tratar esquizofrenia, trastornos bipolares y cuadros de depresión aguda. Este hallazgo abre nuevas líneas investigativas: ¿estaba Laura Leguizamón bajo tratamiento psiquiátrico? ¿Tenía un diagnóstico previo? ¿Se encontraba medicada al momento del crimen?

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Peritajes tecnológicos y una notebook abandonada

La pesquisa ahora se centra en el universo digital de la mujer. El teléfono celular de Laura Leguizamón fue secuestrado por los peritos y se encuentra bajo análisis. A través del peritaje forense del dispositivo, los investigadores intentan reconstruir sus últimos movimientos, así como acceder a posibles mensajes, búsquedas en internet o notas personales que puedan explicar su accionar.

Junto al celular, se encontró también una notebook tirada en el suelo, cuya memoria está siendo analizada por expertos informáticos. En estos dispositivos, el equipo investigador espera encontrar pistas concretas sobre el estado emocional y mental de Leguizamón en los días previos al crimen, así como comprobar si hubo algún tipo de planificación.

Un caso que sacude a la sociedad y busca explicaciones

Este crimen familiar no solo ha estremecido al vecindario de Villa Crespo, sino que ha tenido repercusión nacional. Las preguntas se multiplican: ¿Qué llevó a una madre a asesinar a su propia familia? ¿Qué señales se ignoraron? ¿Pudo haberse evitado?

A medida que se conocen más detalles de la escena y del contexto psicológico de la mujer, los investigadores trabajan bajo la hipótesis de un brote psicótico. No obstante, no se descartan otras motivaciones posibles, como un conflicto familiar profundo o un historial de violencia no reportado.

Hasta ahora, no se han encontrado denuncias previas por violencia de género ni intervenciones judiciales en el hogar. Sin embargo, los vecinos han declarado que en los últimos meses, la familia parecía retraída y poco comunicativa. Algunos mencionan que Laura había dejado de salir con regularidad y que los niños habían sido retirados de actividades extracurriculares.

Una tragedia difícil de comprender

Conforme la causa avanza, los investigadores intentan recomponer la historia familiar, hablar con allegados, compañeros de trabajo y analizar los vínculos personales que podrían aportar luz sobre el estado emocional de la mujer.

Por ahora, la certeza forense de que fue Laura Leguizamón la autora de los crímenes marca un giro fundamental en la causa. Aún queda por determinar si actuó en plena conciencia o bajo un estado de psicosis severa, lo que podría abrir un debate sobre la salud mental y la falta de contención institucional ante ciertos casos.

Mientras tanto, la comunidad sigue en estado de shock, tratando de comprender cómo un hogar se transformó en escenario de una tragedia tan brutal. Los familiares de las víctimas evitaron por el momento hacer declaraciones públicas, aunque ya se iniciaron los trámites para despedir los restos de las cuatro personas en un acto privado.

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