La enfermera Elizabeth di Legge, de 47 años, que había sido vista por última vez el viernes pasado, fue encontrada sin vida en el interior de su vivienda en la localidad bonaerense de González Catán y su esposo quedó demorado.
La enfermera Elizabeth di Legge, de 47 años, que había sido vista por última vez el viernes pasado, fue encontrada sin vida en el interior de su vivienda en la localidad bonaerense de González Catán y su esposo quedó demorado.
Según se informó, la mujer había desaparecido al salir de su casa en la mencionada localidad bonaerense para ir a trabajar al Hospital Churruca de Parque de los Patricios.
Fuentes policiales informaron que, ante la averiguación del paradero de di Legge y con intervención de la UFI 3, efectivos ingresaron a la vivienda ubicada en la calle Larre 10, de González Catán, procedieron a romper unas de las puertas de un galpón y encontraron en el interior del mismo el cuerpo sin vida la enfermera.
Los voceros añadieron que la víctima poseía "una sonda colocada y una aguja de jeringa en su brazo", por lo cual se solicitó la presencia de peritos y se procedió a la demora de Silvio Eduardo Espíndola, de 44 años, hasta tanto se resuelva su situación.
Ante el desconocimiento del paradero de di Legge, sus familiares habían realizado una denuncia policial, ya que, habitualmente, ella salía de su domicilio y se tomaba el tren Belgrano Sur desde La Matanza hacia Pompeya y, por el momento, no se sabe qué fue lo que sucedió.
Silvio, el marido de la víctima, había brindado una entrevista esta mañana para El Trece, a centímetros donde se encontró el cuerpo de Elizabeth. Sin embargo, él denunciaba que no sabía nada de ella desde hacía tres días.
El hombre indicó que denunció la desaparición y que la Policía Bonaerense se encontraba trabajando en el caso, pero que no había resultados. “No sé qué decirles a mis hijos”, expresó.
Él también es enfermero en el mismo hospital, pero en distinto horario. Por eso dijo que la última vez que la había visto había sido noche anterior en la que habían tenido una discusión. “Fue un intercambio por cosas de lo cotidiano, no hubo gritos ni nada”, aclaró.
Asimismo, Silvio mostró una carta que dejó para uno de sus tres hijos. “Jano me fui a trabajar. Estudiá”, escribió junto a los temas que el menor debía repasar. Su última conexión en WhatsApp habría sido en a las 10 de la mañana.