Los policías forzaron la reja, ingresaron a la propiedad y se toparon con una imagen estremecedora: el cuerpo del hombre yacía en el piso del living comedor, con las manos atadas y múltiples lesiones en el rostro y el cuerpo. Los médicos del SAME estimaron, en una primera evaluación, que el jubilado llevaba más de 24 horas fallecido, aunque posteriormente se habló de un período mayor.
Una casona abandonada y una vida solitaria: el perfil del hombre asesinado
El lugar donde ocurrió el crimen llama la atención a simple vista. Se trata de una casa antigua, de las pocas casonas centenarias que sobreviven en esa zona de Núñez, casi oculta detrás de una vegetación espesa que cubre parte del frente. Según los vecinos, el dueño la había heredado de sus padres, ya fallecidos, y se negaba a venderla pese a haber recibido importantes ofertas inmobiliarias.
Un vecino, que se identificó como Francisco, contó que conocía al jubilado hacía 32 años: “Vivía solo. Iba siempre a tomar café al bar de Cabildo y Pedraza. La última vez que lo vi fue el viernes”.
Agregó que solía ayudarlo barriendo la vereda y que el hombre, a pesar de su apariencia descuidada, “tenía dinero”.
Otra vecina lo describió de manera similar: “El que lo veía pensaba que era un indigente, pero no lo era. A veces se lo veía con un gatito. Era un hombre solitario”.
Los investigadores también tomaron nota de un dato llamativo: el interior de la vivienda estaba profundamente desordenado, con objetos amontonados y habitaciones sin mantenimiento. En un primer momento se barajó la posibilidad de que el desorden fuera producto de un robo, pero con el correr de las horas esa hipótesis perdió fuerza.
Según los vecinos, el jubilado tenía la costumbre de acumular cosas en desuso, por lo que el estado de la casa podría no reflejar una irrupción violenta.
El móvil del crimen: ¿robo, conflicto personal o alguien conocido?
Los detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad trabajan varias líneas de investigación, pero por ahora ninguna cobra mayor peso que otra. Sí descartan, al menos de manera preliminar, que la muerte haya sido producto de un arrebato al azar.
La Fiscalía de Distrito Núñez-Saavedra, a cargo de José Campagnoli, ordenó el relevamiento de cámaras de seguridad, la recolección de huellas y el análisis de comunicaciones de la víctima.
El cadáver fue trasladado a la Morgue Judicial para realizar la autopsia, que será determinante para precisar el momento exacto de la muerte, la mecánica del ataque y si hubo más de un agresor.
La palabra de los vecinos: miedo, sospechas y un patrón inquietante
Entre las declaraciones de los vecinos surgió un dato que abrió nuevas preguntas. Algunos aseguraron que el hombre había manifestado más de una vez su temor a que “alguien quisiera meterse en su casa”. Otros señalaron que era frecuente que se acercaran desconocidos ofreciéndole dinero por la propiedad.
Un portero de la zona comentó que el hombre había mencionado en varias charlas que había recibido ofertas de hasta un millón de dólares por la casona, pero siempre se negó a vender.
Aun así, los investigadores descartan por el momento el móvil económico, ya que allegados del hombre aseguraron que no guardaba dinero en su casa ni tenía grandes ahorros.
Un crimen rodeado de incógnitas
Las primeras pericias indican que la muerte fue violenta y con intervención de terceros. La autopsia deberá determinar si los golpes fueron la causa del fallecimiento o si existió algún otro mecanismo letal.
Los investigadores consideran clave reconstruir los últimos movimientos del jubilado, determinar quiénes lo visitaban y establecer el rango horario exacto del crimen para cruzarlo con registros fílmicos.