Además, precisa que el "agua estaba más arriba" y precisa que "la bolsa tiene 40 de ancho por 80. Hemos cargado 15 centímetros. Todo chiquito, todo chiquito, todo chiquito, todo chiquito", comenta sobre el relleno que utilizaron. Acto seguido, se desliga de ser la persona que dejó los restos de Cecilia, después de prenderlos fuego: "Yo no lo desparramé. Lo tiré ahí, después con un palito".
Los otros imputados
Las imputaciones que pesan sobre Gustavo Obregón, Fabiana González, Griselda Reinoso y Gustavo Melgarejo no alcanzan la magnitud penal de las que enfrentan los Sena, aunque sí describen un nivel de participación clave en el intento de borrar todo rastro del crimen: trasladar el cuerpo sin vida de Cecilia Strzyzowski, quemarlo y limpiar la escena. Los cuatro llegarán al juicio del 28 de octubre acusados de “encubrimiento agravado”.
Obregón y González eran pareja; él era el principal colaborador de Emerenciano Sena y ella, figura de absoluta confianza de Marcela Acuña. Reinoso y Melgarejo, también en pareja, trabajaban en el campo “Rossi”, el predio donde se deshicieron del cadáver. A días del inicio del debate oral, repasamos el rol que la Fiscalía les atribuye a cada uno.
Entre los cuatro, es a quien se le adjudica la mayor participación. Obregón declaró que ese 2 de junio, por la tarde, recibió un mensaje de Acuña: “Parece que hay un cuerpo”. Al llegar, vio “un bulto largo, envuelto” y confirmó a su jefa lo peor.
A la espera de César, retiró de la casa a González —bajo orden directa— y, cuando el joven Sena regresó, ambos cargaron el cuerpo en la caja de una Hilux blanca. Antes de llegar al campo “Rossi”, Obregón compró un bidón de nafta que luego se utilizó para prender fuego el cuerpo.
Días después, según su testimonio, recogieron las cenizas en bolsas de consorcio, las arrojaron cerca del río y las volvieron a quemar. También destruyeron las pertenencias de la víctima. César, en tono macabro, le repetía: “Tenemos que ir a jugar un pool, Gusti”.