Un mes después de que Juana (69) y Pedro (79) desaparecieran sin dejar rastro, la Patagonia se convirtió en un escenario digno de una serie policial: silencio, vacío, y una pregunta que retumba en cada rincón del viento helado: ¿Dónde están?
Crece la peor sospecha sobre Juana y Pedro y cambia en el rumbo de la búsqueda en Chubut. Enterate.
Un mes después de que Juana (69) y Pedro (79) desaparecieran sin dejar rastro, la Patagonia se convirtió en un escenario digno de una serie policial: silencio, vacío, y una pregunta que retumba en cada rincón del viento helado: ¿Dónde están?
Esta semana, las autoridades desplegaron nuevos operativos entre Puerto Visser y Bahía Bustamante, en una franja de costa tan inmensa como inquietante. Aparecieron objetos flotando… pero el suspenso duró poco: Ninguno pertenecía a la pareja.
Todo era basura arrastrada por la marea. El comisario Pablo Lobos, jefe de la División de Búsqueda de Personas de Comodoro Rivadavia, lanzó una advertencia directa: “Hubo mucha información errónea. No hay hallazgos concretos todavía, pero evaluamos cada pista.”
Nada. Cero. Ni un rastro que los acerque a la verdad. La primera teoría fue destruida esta semana: ya no se cree que el mar los haya arrastrado. El ministro de Seguridad de Chubut, Héctor Iturrioz, fue categórico: “Se revisó toda la línea marítima. Si el mar los hubiera arrastrado, ya tendríamos algún rastro”.
Y sin esa hipótesis… el caso entra en terreno oscuro. Muy oscuro. El vehículo de la pareja fue encontrado en el Zanjón de Visser, una zona que parece salida de una película apocalíptica: grietas, zanjones, tierra que se abre sin aviso, caminos abandonados.
Desde ese punto —el último lugar donde se los vio con vida— partieron los rastrillajes: más de 40 kilómetros revisados, cuatriciclos, camionetas, búsqueda a pie, supervisión del ministro, y un despliegue que cada día suma más tensión que resultados.
El comisario Lobos lo dejó en claro: “Es un caso muy complejo. No se puede descartar nada. Ni siquiera un hecho criminal.”
Entre la arena, el viento y la incertidumbre, los agentes vuelven todos los días al mismo escenario, buscando lo que no aparece, revisando lo que ya revisaron, esperando que el próximo metro revele algo de Juana y Pedro.