La desaparición de Maximiliano Sosa, un niño de tres años que dejó a toda una comunidad en vilo, continúa generando polémica por su parecido con el caso de Loan Peña.
El menor fue visto por última vez el 21 de diciembre de 2015 en la ciudad de Ceres, Santa Fe. El máximo tribunal intercedió con una decisión terminante.
La desaparición de Maximiliano Sosa, un niño de tres años que dejó a toda una comunidad en vilo, continúa generando polémica por su parecido con el caso de Loan Peña.
Ahora, a nueve años del hecho, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó a la Justicia federal con sede en Rafaela que continúe con la búsqueda del pequeño, ratificando que la mayor parte de la investigación se tramitó en ese fuero.
El fallo, firmado por los magistrados Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, reafirma la importancia de ampliar las medidas de búsqueda, abriendo nuevas vías para la investigación.
La desaparición de Maximiliano Sosa ocurrió el lunes 21 de diciembre de 2015, mientras su madre se encontraba internada para dar a luz a un hermanito.
Ese mediodía, Maximiliano salió a jugar con sus amigos del barrio en la ciudad de Ceres, ubicada a 270 kilómetros de la capital santafesina. Sin embargo, nunca regresó. A cargo del pequeño estaba una tía de solo 15 años, quien, al darse cuenta de su ausencia, pensó que estaba en casa de otro nene.
Desde su desaparición, los vecinos de Barrio Juan Pablo se movilizaron intensamente, organizaron búsquedas en campos, canales y desagües cercanos. Las redes sociales se inundaron de cadenas de oración, clamando por su aparición.
En el momento de su desaparición, el niño llevaba poca ropa; vestía solo un pantalón marrón, lo que incrementó la preocupación de quienes lo conocían.
Como Loan, a pesar de los numerosos rastrillajes que involucraron helicópteros, perros adiestrados y buzos tácticos, la búsqueda no arrojó resultados. La comunidad no se dio por vencida, y la esperanza de encontrar a Maxi persiste.
Ahora, el reciente fallo de la Corte enfatiza la necesidad de ampliar el “espectro territorial” de la investigación. Sugiere, también, indagar si el menor pudo haber sido inscripto en registros civiles provinciales y verificar la existencia de algún cadáver de un niño de tres años que pudiera ser compatible con la identidad de Maximiliano.
Mientras la búsqueda continúa, la angustia de una familia y una comunidad permanece latente, esperando que algún día se revele la verdad sobre el destino de Maxi Sosa.
"Yo sigo igual, como el primer día que desapareció mi nieto: la familia sigue destruida por mi nieto y el vínculo familiar", dijo tiempo atrás Patricia Sayago, abuela de Maxi, en declaraciones a El Litoral
"Entiendo que está pasando lo mismo con Loan, (ojalá) que pronto lo encuentren y se esclarezca todo esto, que no quede impune como el tema de mi nieto", agregó.