TRISTEZA INFINITA

Profundo dolor por la muerte de la mama de Úrsula Bahillo

Patricia Nasutti falleció el 20 de abril de 2025 a los 56 años, víctima de un derrame cerebral mientras realizaba una videollamada en su casa en Rojas.

Profundo dolor por la muerte de la mama de Úrsula Bahillo

Patricia Nasutti falleció el 20 de abril de 2025 a los 56 años, víctima de un derrame cerebral mientras realizaba una videollamada en su casa en Rojas. La noticia de su muerte sacudió a quienes seguían su incansable lucha por justicia desde que su hija, Úrsula Bahillo, fue asesinada brutalmente en 2021. El impacto de su compromiso, perseverancia y dolor trascendió las fronteras de su localidad, convirtiéndose en una de las voces más fuertes contra la violencia de género en Argentina.

Fue trasladada de urgencia al Hospital Unzué, donde los médicos confirmaron, tras una tomografía, que había sufrido un derrame cerebral. Aunque se hicieron todos los esfuerzos posibles, su cuerpo no resistió. La muerte de Patricia no solo dejó un vacío en su entorno familiar, sino también en una comunidad que la reconocía como una referente y testigo de la desidia institucional.

Su hija, Úrsula Bahillo, fue asesinada a los 18 años de edad por su exnovio Matías Ezequiel Martínez. La joven había denunciado en múltiples ocasiones a su agresor por violencia de género. A pesar de ello, Martínez continuó acosándola, ignorando una restricción perimetral que no fue controlada por las autoridades.

El femicidio ocurrió el 8 de febrero de 2021. Úrsula recibió 15 puñaladas, en un acto que no solo reveló la brutalidad del crimen, sino también la fragilidad de un sistema que desprotegió a la víctima incluso después de haber dado la alarma repetidas veces.

“Yo le prometí, rezando encima de su cajón, que voy a hacer justicia”, declaró Patricia Nasutti pocos días después del crimen. Y cumplió. Su dolor se transformó en un motor de denuncia y movilización.

Tras el asesinato de su hija, Patricia Nasutti comenzó a exigir justicia con una firmeza conmovedora. No se quedó en el duelo privado. Su rostro apareció en medios, marchas y redes sociales. Su voz se elevó por encima del silencio oficial y de las respuestas burocráticas que muchas veces desestimaron el caso de Úrsula.

Patricia denunció públicamente a dos jueces que desoyeron las denuncias previas de su hija. Las causas habían sido archivadas sin mayor análisis. Para ella, lo que ocurrió no fue solo un femicidio, sino un ejemplo claro de violencia institucional. Lo expresó en más de una ocasión y sumó su nombre a campañas y movimientos que buscaban que el Estado deje de mirar hacia otro lado.

Con el apoyo de la organización “Atravesados por el Femicidio”, participó activamente en campañas que reunieron más de 50.000 firmas. Su objetivo era claro: que ninguna otra familia tuviera que atravesar lo que ella vivió.

Aunque nunca buscó notoriedad, Patricia Nasutti se convirtió en una figura pública. No por elección, sino por necesidad. Su historia era un reflejo del abandono estructural. Su discurso, cargado de emoción y determinación, comenzó a circular masivamente en redes sociales.

Cada aparición suya era una denuncia y una advertencia: el Estado había fallado. En sus declaraciones no había espacio para eufemismos. Hablaba desde el corazón y desde la experiencia. Y eso conmovía a miles.

“No me van a callar. Lo que me queda de vida es para hacer justicia por Úrsula”, dijo en una de las últimas entrevistas que concedió. Su determinación nunca flaqueó, ni siquiera cuando la causa avanzaba con lentitud o los medios comenzaban a olvidar el caso.

La noticia de su muerte provocó un profundo pesar. En redes sociales, los mensajes de despedida se multiplicaron. La organización “Atravesados por el Femicidio” escribió en su cuenta oficial de X (ex Twitter): “Con profundo pesar informamos que hace horas ha fallecido en la ciudad de Rojas, nuestra compañera de lucha Patricia Nasutti, mamá de Úrsula Bahillo”.

Marcela Morera, referente de la misma organización, destacó su valentía y su entrega: “Patricia nunca se rindió. Su bandera fue Úrsula, y su legado seguirá ondeando en cada grito por justicia”.

En ese mismo mensaje, subrayaron que su compromiso y lucha quedarán marcados en cada acción que realicen desde la organización. Porque Patricia no solo representaba el dolor de una madre, sino la voz de muchas que también perdieron a sus hijas sin respuesta.

La historia de Patricia Nasutti es la de una madre atravesada por una pérdida inconmensurable. Pero también es la historia de alguien que no permitió que esa pérdida se convierta en silencio. Que eligió transformar su tragedia en un motor de denuncia y cambio. Su legado va más allá de las fronteras de Rojas. Su voz sigue viva en cada marcha, en cada reclamo y en cada historia que, como la de Úrsula, necesita ser contada.

Hoy, su muerte deja una nueva herida en la lucha por la erradicación de la violencia machista. Pero también fortalece un movimiento que no la olvidará. Patricia Nasutti seguirá siendo un nombre que incomoda a las estructuras indiferentes y que moviliza a quienes todavía creen que es posible construir una sociedad sin femicidios.