La comunidad quedó conmocionada al conocer la identidad de las víctimas. Mariana Ambrosis, de 42 años, y sus hijas, Eva de 3 años y Josefina de 10, fallecieron de manera instantánea tras el impacto. El conductor, identificado como Ezequiel Reales, también de 42 años y pareja de Mariana, se encuentra en estado crítico en el Hospital Municipal San Roque de Dolores.
Entre los sobrevivientes se encuentra Juan Ignacio, de tan solo 8 años, otro de los hijos de la pareja. El niño sufrió múltiples fracturas y una lesión pulmonar, lo que requirió su traslado inmediato al Hospital de Niños de La Plata, donde fue sometido a una cirugía de emergencia. Su estado, aunque grave, es estable.
De acuerdo con las investigaciones preliminares, Ezequiel Reales manejaba a una velocidad de 160 km/h en un tramo donde el límite permitido era de 110 km/h. Esta imprudencia, sumada al roce con otro vehículo, desató el fatal desenlace. El impacto contra el árbol fue tan violento que no dio oportunidad de supervivencia a tres de los ocupantes del auto.
El exceso de velocidad sigue siendo una de las principales causas de accidentes en las rutas argentinas. Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, la probabilidad de un accidente fatal se multiplica exponencialmente a medida que se exceden los límites de velocidad establecidos.
El pueblo de General Lavalle se encuentra de luto por esta tragedia que enluta a toda la región. Vecinos y allegados expresaron su dolor por la pérdida de Mariana y sus hijas, destacando su carácter amable y la felicidad que irradiaban como familia. Las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencia para los familiares, quienes enfrentan un difícil camino de recuperación emocional y física.
En paralelo, otro accidente sacudió las noticias en los últimos días. En el Acceso Oeste, un hombre de 43 años protagonizó un choque mortal mientras manejaba a alta velocidad. El impacto contra otro vehículo resultó en la muerte de su madre, de 78 años, quien iba como pasajera.
La situación tomó un giro inesperado cuando, al ser sometido a un test de alcoholemia, el conductor reaccionó con violencia y comenzó a agredir físicamente a los agentes de tránsito presentes en el lugar. El hecho generó indignación y reabrió el debate sobre la necesidad de sanciones más severas para quienes conducen de manera imprudente y bajo los efectos del alcohol.
Los recientes accidentes en ruta 11 y Acceso Oeste sirven como un recordatorio devastador de los riesgos asociados a la imprudencia al volante. El respeto por los límites de velocidad, el uso del cinturón de seguridad y la atención constante a las condiciones del camino son fundamentales para prevenir tragedias.
El llamado a la conciencia vial debe ser constante y colectivo. Evitar accidentes no es solo una cuestión de responsabilidad individual, sino de compromiso social. Las vidas perdidas en estos incidentes son un recordatorio doloroso de la necesidad de adoptar medidas más estrictas y efectivas en términos de seguridad vial.