El pacto suicida de las gemelas que brillaron en el escenario mundial
El mundo del espectáculo europeo estuvo conmocionado el mes pasado tras conocerse una noticia tan inesperada como profundamente simbólica: Alice y Ellen Kessler, las legendarias gemelas que marcaron a fuego la escena artística del continente durante las décadas del 50 y 60, murieron juntas a los 89 años mediante un suicidio asistido. Fieles a la forma en la que vivieron -inseparables, disciplinadas y unidas hasta el extremo-, las hermanas eligieron cómo y cuándo despedirse del mundo.
La muerte de las Kessler ocurrió en Grünwald, un suburbio próspero y arbolado ubicado a las afueras de Múnich, donde compartían una casa desde hacía años. La noticia fue difundida por el diario alemán Bild y la agencia DPA, y confirmada pocas horas después por la Policía local y por la Sociedad Alemana para una Muerte Digna, organización que acompañó su decisión final.
Las hermanas planificaron cada detalle del proceso: dejaron instrucciones escritas, escogieron la fecha y pidieron que sus cenizas descansaran juntas en una única urna, acompañadas por los restos de su madre, Elsa, y de su querido perro Yello, un caniche que las había acompañado durante años. A su lado estuvieron un médico y un abogado, presentes para garantizar la legalidad del procedimiento y el cumplimiento de sus deseos.
La muerte simultánea de las gemelas no solo cerró una vida artística excepcional, sino que también respetó una promesa que ambas habían repetido en numerosas entrevistas: “No queremos vivir la una sin la otra. Nos vamos juntas”.
Las Kessler: una vida de talento, disciplina y una carrera global
Alice y Ellen Kessler nacieron en 1936 en Sajonia, cerca de Leipzig, en un contexto marcado por la guerra y la división alemana. En su adolescencia, ya destacaban en ballet clásico dentro de la compañía de la Ópera de Leipzig, donde se formaron desde niñas. Sin embargo, la vida les tenía preparado un giro cinematográfico.
En 1952, cuando tenían apenas 16 años, huyeron de Alemania Oriental hacia Düsseldorf, en lo que describieron como una mezcla de impulso artístico y necesidad de libertad. “Nuestra carrera habría sido muy distinta si nos hubiéramos quedado en la RDA”, declaró años más tarde Ellen al Süddeutsche Zeitung.
Su gran salto artístico se dio en el mítico Lido de París, donde se transformaron en estrellas del cabaret francés. Allí desarrollaron el estilo que las haría mundialmente famosas: coreografías milimétricas, piernas largas que parecían infinitas y un aura de glamour que las diferenciaba de cualquier otra dupla artística.
Pero el Lido fue apenas el comienzo. En 1959 representaron a Alemania en el Festival de Eurovisión, participaron varias veces del emblemático programa estadounidense “The Ed Sullivan Show”, realizaron giras por Europa y América y fueron tapa de Life, uno de los honores más prestigiosos de la época. Su círculo de amistades incluía nombres como Fred Astaire, Frank Sinatra, Elvis Presley y Rock Hudson.