Historias Reales

Una psicóloga descuartizó a su marido con una motosierra y esparció sus restos por la ciudad

Se trata de María Alejandra Lafuente Casco, quien fue condenada esta semana a 46 años de prisión. El homicidio ocurrió en 2014 y conmocionó a México.
María Alejandra Lafuente Casco fue condenada a 46 años de prisión. Foto: trompe.pe

María Alejandra Lafuente Casco fue condenada a 46 años de prisión. Foto: trompe.pe

El homicidio perpetrado por María Alejandra Lafuente Casco conmocionó en su momento a México. Esta semana, el caso volvió a la memoria colectiva luego de que la Justicia de ese país condenara a la mujer a 46 años y seis meses de prisión por asesinar a su marido, Allan Carrera Cuellar, y descuartizarlo con una motosierra.

El atroz crimen de María Alejandra Lafuente Casco

El sangriento episodio ocurrió en 2014. En rigor, la pareja se había conocido en el consultorio de la psicóloga, donde asistía la hija de Carrera Cuellar, y consolidaron su relación. Mientras ella daba sesiones de terapia, él, con 41 años de edad, se dedicaba a la venta de azulejos al sur de la ciudad de México.

Según la causa, en noviembre de ese año, Lafuente utilizó un arma cortante para matar a Allan Carrera Cuéllar con “alevosía y ventaja”. Se cree que antes utilizó benzodiacepinas para drogarlo. Poco después, colocó su cadáver en el piso y lo descuartizó con una sierra.

Se supo, además, que colocó las partes mutiladas en bolsas de plástico que abandonó en calles de la colonia Roma Sur y valle Escondido, en la alcaldía de Tlalpan. El torso del hombre fue encontrado días más tarde junto a otras extremidades.

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Desconcertados, los investigadores le tomaron declaración a Lafuente Casco, quien levantó sospechas al contradecirse. Los detectives no tardaron en descubrir que la mujer le había enviado mensajes desde el celular de su esposo a sus familiares para que creyeran que estaba vivo.

En este marco, se ordenó un allanamiento a su domicilio y allí se encontró la cabeza y las manos de la víctima en el interior de una bolsa de plástico, así como también una sierra eléctrica. En las habitaciones había, además, manchas hemáticas y en el baño hallaron un corte de la superficie de un colchón y de una alfombra.

Las pruebas recabadas en la escena del crimen y la declaración de la familia terminaron de hundirla. Esta semana, la mujer fue condenada a 46 años y seis meses de prisión por el homicidio en razón de “parentesco calificado” y contra “el respeto a los cadáveres o restos humanos”.