"No hay gobierno que resista 4% de inflación mensual", admiten fuentes del Gobierno a A24.com, consultadas sobre las medidas que prepara el equipo económico, ahora con la presencia del Presidente, que ante la abrupta caída en la imagen de la gestión, busca una "bala de plata" para frenar la estampida de precios.
Alberto convocó a la residencia de Olivos para dar dos mensajes a la sociedad que se resiste al confinamiento ante la profundización de la crisis: dejará desierta esta semana la Casa Rosada para demostrar que el gobierno también cumple el confinamiento y concentra hasta el lunes 31 de mayo cuando vence la actual Fase 1, las actividades en la residencia de Olivos.
Y el otro mensaje es: el Poder Ejecutivo está preocupado y prepara nuevas medidas para contener la disparada de la inflación mientras evalúa los datos del nuevo pico de la pandemia y cómo seguir con las restricciones para frenar la ola de contagios y muertes por coronavirus, en las próximas semanas.
Así, tras los retos públicos del núcleo duro del kirchnerismo que limitó al 9% en todo el año, el aumento de tarifas que Guzmán planeaba en el 15% como parte del acuerdo con el FMI, Fernández se pone ahora al frente del Gabinete Económico, e instó a Guzmán a acoplarse a los reclamos de ampliar las medidas de redistribución de los recursos hacia los sectores más vulnerables.
¿Cuál es la bala de plata?
Guzmán ya evalúa redefinir el Presupuesto 2021 que elevó al Congreso y quedó trunco porque de seguir a estos niveles de inflación del 4% mensual "no hay ningún gobierno que aguante". Admiten algunas fuentes del Gobierno que a este ritmo superará el 45%.
La idea es hacer algo ya para frenar la estampida de precios y tiene que ser medidas duras, una decisión política fuerte, señalan. En ese marco, es que el Presidente se puso al frente.
Hasta la semana pasada en el gabinete económico descartaban de plano la vuelta de subsidios generalizados como el IFE y el ATP, ahora centralizados en planes sociales como la Tarjeta Alimentar, AUH, REPRO II para el pago de salarios a sectores afectados por las restricciones.
Ahora analizan todas las variables en busca de la "bala de plata" que pueda salvar al gobierno agobiado por la crisis local, tras admitir que fallaron "los controles de precios en las góndolas de los supermercados" que proponen la secretaría de Comercio Interior, Paula Español y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
En esta instancia esperan un rápido acuerdo con los exportadores de carne para evitar la amenaza de desabastecimiento que asoma de continuar el paro del campo la semana próxima.
Cafiero dijo que ahora la pelota está del lado de ellos y el gobierno espera que presenten un proyecto para garantizar el abastecimiento interno a precios razonables para los sueldos de los argentinos, que ya admiten en el Gobierno, quedaron atrás de la inflación pese a los aumentos paritarios del 30 al 35%.
Desde otro sector del Gobierno, no descartan una intervención más dura en el mercado de exportaciones para obligarlos a liquidar los ingresos extraordinarios que acumularon, dicen, por el aumento del precio de las commodities en las últimas semanas.
¿Cuál es la bala de plata que está pensando el Gobierno para salir de la encrucijada de la inflación?
También analizan los efectos del cepo al dólar y descartan aumentar radicalmente la emisión monetaria para financiar la ayuda social por la pandemia.
Entre la inflación y el default
No habrá más emisión. En el Gobierno creen que entre la acumulación de ingresos por el aumento de las commodities y una posible postergación de los pagos al FMI y al Club de París se podrá ganar solvencia financiera en el corto y mediano plazo para redistribuir en el mercado interno, dicen cerca de Guzmán, ahora en línea con el discurso K.
En el Gobierno confían que en los próximos días el FMI emitirá una carta de recomendación al Club de París para que imite la decisión que analiza el Fondo, de acceder a la postergación de los vencimientos de este año.
Cerca de Guzmán están convencidos de que aunque no haya novedades antes del próximo lunes 31 de mayo, Argentina no caerá en default porque se trata de un vencimiento que tiene dos meses más de plazo hasta entrar en vigencia.
En el Gobierno desestiman el discurso ultra kirchnerista que propone suspender de plano los pagos de la deuda externa, y lo atribuyen a un discurso electoral para sectores más duros de la coalición. Pero recuerdan que el peronismo tanto en los gobiernos de Néstor como de Cristina Kirchner, con Axel Kicillof de ministro de Economía, "siempre pagaron las deudas y esta vez no será la excepción"