Son un matrimonio formal y una pareja política de hecho. Sergio Massa y Malena Galmarini son, sin dudas, un dúo pocas veces visto en los últimos años en la vida política de la Argentina.
Son un matrimonio formal y una pareja política de hecho. Sergio Massa y Malena Galmarini son, sin dudas, un dúo pocas veces visto en los últimos años en la vida política de la Argentina.
La llegada de Massa al ministerio de Economía y el rol central de Galmarini en el anuncio del nuevo cuadro tarifario de los servicios públicos colocaron al binomio en un lugar central de la gestión del gobierno del Frente de Todos.
Sin dudas, habría que remitirse a los tiempos del tándem Néstor Kirchner-Cristina Fernández o a los de Eduardo y Chiche Duhalde para encontrarnos con matrimonios con volumen político propio, más allá de sus pertenencias partidarias.
El desembarco de Sergio Massa en el Gobierno nacional tuvo un impacto no solo en el organigrama de ministerios y en la toma de decisiones centrales para contener la crisis económica.
Además, en las redes sociales gubernamentales se produjo una alteración decisiva en la correlación de fuerzas con los demás ministros de gobierno.
De acuerdo con el análisis realizado junto a Scidata Argentina para nuestro Monitor Digital Argentino (MDA), Massa suma casi 2,2 millones de seguidores, entre Twitter, Facebook e Instagram. La sumatoria lo deja en el primer lugar de influencia entre todos los ministros y funcionarios a cargo de las principales empresas y reparticiones del Estado argentino.
Recién en segundo lugar, se ubica el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, con poco más de 2 millones de seguidores.
Mucho más abajo y con algo más de 870 mil seguidores aparece el ministro del Interior, Wado de Pedro, y en cuarto lugar el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, con poco más de 704 mil.
En este ranking, Malena Galmarini aparece en el puesto 11, con poco más de 297 mil seguidores en las tres redes analizadas.
Una métrica muy sensible a la dinámica de los dirigentes políticos es la que mide la evolución de sus seguidores en las redes sociales.
Al analizar la evolución de las nuevas personas que se suman al seguimiento de los dirigentes, nos encontramos con un comportamiento muy rico en información sobre lo que despierta una figura pública a lo largo del tiempo.
Desde que el gobierno del Frente de Todos se reconfiguró en septiembre del año pasado, tras la derrota electoral en la PASO, varias figuras del kirchnerismo “duro” comenzaron a tener prevalencia por sobre el resto.
El Monitor Digital Argentina muestra que, desde octubre de 2021, figuras como el ministro del Interior, Wado de Pedro y la titular de ANSES, Fernanda Raverta, comenzaron a sumar seguidores en proporciones muchos mayores al resto de los integrantes del gobierno nacional.
De hecho, de octubre del año pasado hasta junio de 2022, Wado de Pedro sumó casi 30 mil nuevos seguidores en Twitter, Facebook e Instagram, lo que lo convirtió en el ministro con mayor aumento de seguidores en dicho período.
En segundo lugar, Raverta sumó en el mismo lapso más de 23 mil seguidores, mientras el todavía presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, lograba incrementar sus seguidores en poco más de 6.700. Notable diferencia.
Sin embargo, desde que se conoció su designación como ministro de Economía y tras su asunción, en pocas semanas, Massa sumó casi 40 mil nuevos seguidores en Twitter, Facebook e Instagram.
Semejante salto lo ubica en un cómodo primer lugar en la lista de funcionarios de la administración de Alberto Fernández con crecimiento de personas que los siguen.
En segundo lugar, como funcionaria con mayor incremento de nuevos seguidores aparece la titular de AySA, Malena Galmarini, con unos 3 mil cuatrocientos nuevos seguidores en julio y casi 6.200 en lo que va de agosto.
Más allá de esta centralidad del matrimonio de Sergio Massa y Malena Galmarini, un dato complementario que enriquece el lugar que ocupan en el gobierno del Frente de Todos es la semántica analizada en las redes sociales sobre sus figuras.
De acuerdo con los datos analizados junto a Scidata Argentina, las principales críticas al ministro de Economía vienen por el lado de la actualización de las tarifas de servicios públicos (“tarifazo”, “ajuste”, “desastre”).
Sin embargo, los cuestionamientos personales a Massa suman un conjunto mayoritario de menciones negativas, mediante términos como “panqueque”, “delincuente” y “ventajita”.
La semántica positiva sobre Massa, en un segundo plano, apuntan a destacar su “trabajo” al frente del ministerio de Economía, la búsqueda de la “redistribución” del ingreso y la promoción de nuevos “empleos”.
Por el lado de Malena Galmarini, “tarifazo” explica del dominio de la semántica con cuestionamientos a la política de actualización de tarifas de servicios públicos, con algo menos de peso de los cuestionamientos personales (“delincuentes”, “corruptos”) en comparación con el diálogo sobre su esposo.
“Redistribución” y “gracias” encabezan las menciones positivas sobre la titular de la empresa de aguas del Estado, AySA.
El golpe electoral que representó la derrota de 2021 en las elecciones legislativas frente a la oposición dejó una huella elocuente en las redes sociales del oficialismo, especialmente en Alberto Fernández.
Parte de las razones para entender el ingreso de Massa al gobierno hay que rastrearlas en la caída constante de la reputación digital del presidente en las redes sociales analizadas.
Desde septiembre de 2021, las menciones negativas contra Alberto Fernández se mantuvieron por encima de las positivas, salvo durante el trimestre octubre-diciembre del año pasado.
En paralelo, los seguidores de Alberto Fernández fueron bajando en todas las redes sociales analizadas, con una desaceleración más marcada en la red social que lo vio nacer como figura política nacional, una vez ungido como candidato presidencial por Cristina Kirchner: Instagram.
En esa red, de fuerte protagonismo de los jóvenes, Fernández tuvo caídas que rozaron los 15.000 seguidores en un solo mes, como sucedió en julio pasado.
Recién en agosto, el presidente está mostrando una lenta recuperación de seguidores, con un saldo magro de apenas 1.165 nuevos seguidores promedio en Twitter, Facebook e Instagram.