Pero no: La Cámpora quedó a cargo de la logística y de la campaña a través de vacunatorios montados en clubes, sociedades de fomento, centros de jubilados y gimnasios. Si bien cada centro elegido cumple su función, algunos municipios advierten que muchos de esos sitios no tienen baños en condiciones para recibir tanta gente, además de que les falta calefacción o accesos para discapacitados, entre otros puntos.
Tampoco es un tema menor, aportan entre los intendentes del PJ ante la consulta de A24.com, que, al haber menos lugares de vacunación, los ciudadanos tienen que trasladarse mucho más, con viajes más largos en transporte público.
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Máximo Kirchner, tras su vacunación. (Foto: archivo).
Ante las alternativas propuestas desde los municipios, el gobierno provincial habilitó varios CAP, pero no los “suficientes”, según la mirada de los alcaldes. “Tenemos autorizados menos de la mitad”, admitió uno de los jefes comunales en diálogo con este portal.
Las críticas no terminan ahí. Las municipalidades del PJ advierten que los militantes de La Cámpora de los centros de vacunación son “inexpertos” y “no tienen autoridad”. “Los médicos y el sistema de salud reportan únicamente a sus pares -apuntaron ante este portal desde una de las ciudades del Gran Buenos Aires-, y por eso hubo cortocircuitos”.
El peronismo le factura a La Cámpora querer “hacer política” con la vacunación cuando en verdad no sólo que “no se puede” sino que hasta resulta “contraproducente”.
Lo analizó ante A24.com un justicialista con responsabilidades de gestión: “Hay temas que son sensibles, como la salud. Y la experiencia en eso te la da el territorio. El médico no es un militante, es un profesional. Cuando colocás a un médico en el plano político, se ponen a la defensiva. Lo mismo sucede con los maestros”.
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Avanza el plan de vacunación. (Foto: archivo)
Entre los intendentes del PJ aseguran que el gobierno de Kicillof no podrá “capitalizar políticamente” la vacunación y le recuerdan que, si bien la salud no suma votos, “resta cuando no funciona”. Y tienen un ejemplo reciente sobre los límites “electorales” de la salud: el mejor distrito en la materia era Malvinas Argentinas, que tiene un servicio con tecnología de punta, y sin embargo el intendente peronista Jesús Cariglino perdió las elecciones en 2015.
¿Cuál es la otra consecuencia de esta interna? Los intendentes aseguran que ante los inconvenientes que pudieran registrarse en los centros de vacunación los vecinos acuden en manada a los municipios. Sin embargo los jefes del PJ resolvieron “no entrar en confrontaciones” por este tema y menos en año electoral. Pero el clima no es el mejor.
El malestar de los jefes justicialistas con Kicillof y La Cámpora es palpable y podría incluso afectar el cierre de listas del 24 de julio, aunque en el territorio no se hacen muchas ilusiones porque tienen claro que la última palabra la tendrá Cristina Kirchner.
Juntos por el Cambio pide ampliar los centros de vacunación
Los intendentes de la oposición hicieron idénticos reclamos, pero en su caso fue de manera pública. Néstor Grindetti (Lanús), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Jorge Macri (Vicente López) llevaron la voz cantante. “Está claro que si compran más vacunas y dejan que los municipios ayuden en la campaña es mejor para todos los vecinos de la Provincia”, había planteado este último, que recordó que las intendencias del Pro del Conurbano “cuentan con más de 320 vacunatorios con una capacidad de vacunación de 250 dosis diarias”.
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Los municipios de Juntos por el Cambio, enrolados bajo el Grupo Dorrego, habían considerado “imprescindible” que el gobierno provincial convocara a las comunas para que las vacunas contra el coronavirus “se apliquen rápidamente a cada vecino”.
“Los intendentes pedimos no perder tiempo, agilizar y efectivizar el plan de vacunación, utilizando todos los recursos disponibles desde el Estado”, señalaron en una comunicación conjunta del mes pasado. No hubo mayores contactos al respecto.
Las PASO
Más allá del plan de vacunación, que avanza con sus particularidades, los jefes peronistas del Conurbano miran con cautela las PASO de septiembre. A las dificultades lógicas a las que los oficialismos se enfrentaron en la pandemia se suman los problemas domésticos. En el PJ dicen tener asumido que en el interior de la Provincia no se hará una buena elección: “No hemos parado de perder puntos y no pudimos sumar nada”, admiten.
Desde el Frente de Todos apuntan que, de los casi 50 puntos con los que Alberto Fernández ganó en 2019, el kirchnerismo estaría hoy en la provincia de Buenos Aires rondando el 40 y pico por ciento, una cifra similar a la que alcanzaría la oposición y su red de alianzas. “Cristina está preocupada y por eso salió a retener el voto duro”, evaluó un dirigente del PJ sobre el acto de la semana pasada de la vicepresidenta con Kicillof y Martín Insaurralde en Lomas de Zamora.
Entre los peronistas agregan otra especie inquietante para la campaña: a la ex presidenta no sólo le preocupan los números propios sino también la irrupción de nuevas figuras outsider como el neurocientífico Facundo Manes, la última incorporación del radicalismo para revitalizar a la oposición.